El encuentro gastronómico de Rute confirma que la buena cocina es la mejor forma de fomentar la convivencia entre culturas

Junto a gente de  países foráneos, colectivos como el del Programa de Desarrollo Gitano han  mostrado su riqueza gastronómica en este encuentro

Junto a gente de países foráneos, colectivos como el del Programa de Desarrollo Gitano han mostrado su riqueza gastronómica en este encuentro

Ocho ediciones contemplan ya el Encuentro Gastronómico Intercultural que se celebra en Rute. Nació a instancias de la Oficina Local de Inmigración, que coordina Cristina Rodríguez. Se buscaba una forma de convivencia y de fomentar e intercambiar con la nuestra la riqueza culinaria de países con población residente en nuestro pueblo. Desde hace cinco años, se encuadra en el ciclo “Mujeres en Marzo”, que organiza la delegación de Igualdad del Ayuntamiento. De nuevo, este ciclo se ha prolongado hasta el mes siguiente, trasladando esta cita culinaria a abril. La idea de desplazarla en el tiempo respondió en un principio a la realidad de muchas mujeres del ámbito rural. Siguen estando en su mayoría al frente de la cocina y a la vez trabajan fuera de casa en la época de cosecha. De ahí que se optara por esperar a que hubiera terminado el período normal de recogida de aceituna. Sea en marzo o en abril, para la concejala del área, Belén Ramos, “darle gusto al paladar” es el mejor broche a este ciclo. Lo que no cambia es la buena acogida del encuentro. O más bien la progresión en la asistencia de gente. Pocos pensaban que aquella primera edición, celebrada casi en familia, derivaría en la congregación de decenas de personas para degustar los platos más variopintos.

Ni siquiera el hecho de que hace dos años se empezara a cobrar una entrada simbólica ha mermado la afluencia de público. Tal vez porque si algo caracteriza al pueblo de Rute es su espíritu solidario. Y la recaudación de estas entradas siempre ha tenido un fin benéfico. El primer año se destinó a las víctimas del terremoto de Haití. El segundo, a la asociación Cuenta Conmigo. Y en este caso, la entidad beneficiaria ha sido la Junta Local de la Asociación Española Contra el Cáncer. Que las entradas tengan un objetivo solidario no es sino otra de las múltiples facetas de esta jornada. Lógicamente, prima el aspecto culinario. Pero también se busca la convivencia entre culturas distintas. De hecho, suele sonar de fondo música tradicional de los países representados. Así ha vuelto a ocurrir, aunque por supuesto el centro de atención eran las recetas preparadas para la ocasión. En el hotel El Mirador, nuevamente sede del encuentro, se reivindicaron nuestras recetas tradicionales. Para ello, el propio hotel colaboró en la elaboración de algún plato.

El grueso vino de los talleres municipales de cocina y la aportación de grupos como la asociación de mujeres “Horizonte de Rute” o los miembros del Programa de Desarrollo Gitano. Ahondando en la idea de que el encuentro trasciende el ámbito gastronómico, la concejala de Servicios Sociales, Luisa Trujillo, subrayó que la participación de este colectivo contribuye a su integración. Trujillo también destacó que los hombres poco a poco se van acercando a los fogones. Por su parte, Ana Rosa Rojas, monitora de los talleres municipales, reseñó la novedad del que se lleva a cabo con los escolares del Colegio Público Rural Blas Infante, en la aldea de Llanos de Don Juan. Según dijo, enseñar a los pequeños es “totalmente distinto”. Por un lado, aún no mueven con soltura las manos. Pero en compensación, son “rapidísimos” aprendiendo.

Todos estos platos típicos de Rute convivieron con los de países como Ecuador, Argentina, Rusia, Marruecos, Bolivia, Francia o Perú. El resultado fue una combinación inmensa de recetas, ya que cada país y cada colectivo prepararon más de un plato. En definitiva, un año más se confirmó que no hay nada como una buena mesa para facilitar la convivencia y el acercamiento cultural.

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