El Club Gimtar de Rute logra dos medallas en la Supercopa de Andalucía de taekwondo

Sara Cobos logró el segundo puesto en categoría junior de  más de 63 kilos

Sara Cobos logró el segundo puesto en categoría junior de más de 63 kilos

Poco a poco está renaciendo el taekwondo en Rute. La generación llamada a coger el testigo que tan buenos resultados dio desde mediados de los noventa empieza a cuajar, en cantidad y títulos. La última cosecha se ha recogido en Alcalá del Río.  La localidad sevillana acogía el primer fin de semana de junio la Supercopa de Andalucía. En realidad, ésta era la fase final de la Copa Federación, celebrada hace unos meses. Entonces, Doña Mencía fue la sede para el grupo de Andalucía oriental. En Alcalá del Río ha habido tres integrantes del Club Deportivo Gimtar de Rute. En cadetes menores de 48 kilos, Raquel Cobos, no pasó de las rondas preliminares. Sin embargo, en junior de más de 63 kilos, su hermana Sara logró el segundo puesto, mientras que en precadetes de más de 60 kilos Álvaro Sarmiento subía a lo más alto del podio.

El caso de Álvaro resulta especialmente llamativo. Tiene diez años y apenas lleva uno practicando taekwondo. Se aficionó a este deporte viendo imágenes en Internet, empezó a gustarle “y quería probar”. A pesar de que es poco tiempo, ya ha entrado en el mundo de la competición. Rafael Granados, uno de los entrenadores del club, ha destacado su progresión, y las ganas que tenía de competir desde primera hora. Ve bien esas ganas, pero confirma que lo de este chaval “no es normal”.

Y eso que empezó relativamente tarde. Granados recuerda que los niños suelen entrar en el club con seis o siete años. Entrenan un tiempo y a veces hay que motivarlos para que se inicien en la competición, “pero él no, él llegó el primer día y dijo que cuándo podía competir”. El muchacho lo explica con un desparpajo sorprendente en su edad: “Quería conocer cosas nuevas y saber lo que se siente”. Ni siquiera le apetece que los entrenamientos se paren en verano.

Sara Cobos, aunque joven, tiene ya más recorrido, y afirma que este mundillo abre las puertas para conocer gente y viajar. Coincide con su hermana Raquel en que, más estimulante incluso que todo eso, es la propia competición. Y Álvaro vuelve a apostillar: “Y te encuentras con niños que acaban siendo amigos”. Por si fuera poco, compitiendo con ellos también se aprende.

Más allá del tópico, son conscientes de que se puede sacar algo positivo de los errores. Así lo evidencia la comparación con el Campeonato del Corpus, celebrado en Granada semanas atrás. En este caso, se invirtieron los dos mejores puestos. Para Álvaro, ese segundo lugar le deja más satisfecho si cabe que el triunfo en Sevilla, porque cree que dio “lo mejor”. Sara lo ve con perspectiva. Cree que cada campeonato ofrece una lectura. En la victoria, queda la propia satisfacción de haber ganado. Pero en la derrota “aprendes y sobre todo te motivas para mejorar y seguir”.

En la cita granadina también estuvo Raquel y estaba previsto que acudiera Diego Siendones, pero una inoportuna lesión le impidió participar. Quien sí lo hizo fue Rafael Granados, pero no sólo como entrenador. Centrado últimamente en preparara a estos niños, llevaba dos años sin competir y quería probarse. La inactividad se dejó sentir, unida al hecho de enfrentarse a rivales que le superaban en ocho o nueve kilos. A Diego ya le ocurrió algo parecido cuando se reenganchó. Granados asegura que reincorporarse es “bastante peor” que empezar de cero. De momento, su idea es seguir yendo a torneos, “pero aún quedan unos cuantos para por lo menos pisar podio”.

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