Editorial junio 2021

Cuando éramos pequeños, nuestros padres nos limitaban el tiempo frente a la televisión. Querían evitar que pasásemos horas y horas sentados de forma indiscriminada delante de la pantalla. Entonces no había tanta variedad de canales y también se quería impedir que permaneciéramos así, sin más criterio que el de ver lo que cada cadena nos quisiese ofrecer. Sin embargo, sobra decir que también gracias a la televisión hemos podido ver grandes documentales o películas. Ahora, con el uso de las nuevas tecnologías, internet, o las redes sociales, ocurre algo parecido. Los padres actuales queremos evitar un abuso de estas nuevas herramientas por temor al daño que pudiese ocasionar a nuestros hijos. No obstante, también está fuera de duda que el uso controlado de los nuevos formatos de entretenimiento y de relación social ofrecen su cara positiva.
Pero no son los beneficios o perjuicios que ocasionan el uso de las nuevas tecnologías lo que en esta ocasión nos ocupa. En la presente edición queremos reflexionar sobre el uso de las redes sociales como herramientas para hacer todo tipo de manifestaciones y para expresar nuestra opinión. En este sentido, nos ha llegado un comunicado en el que un vecino de Rute se desdice de las injurias vertidas en un vídeo publicado en las redes sociales contra un museo de la localidad y su director. Tras la demanda interpuesta por el afectado, este vecino solicita, a través de nuestro periódico, el perdón del ofendido, y se compromete a retirar cualquier publicación relacionada con el asunto.
No deja de llamarnos la atención que llegue hasta nuestra redacción un comunicado de este tipo. Dicho comunicado puede leerse al completo en este mismo número. No suele ser algo habitual que alguien se desdiga por lo expresado o publicado en las redes sociales respecto a un tercero. Cuando ocurre, como en este caso, es porque ese tercero se ha visto obligado a defenderse. Nos hemos acostumbrado a que cualquiera puede opinar, difamar o decir lo que la parece conveniente sobre una institución o persona. Cuando decimos cualquiera nos referimos al hecho de que la prensa o los medios de comunicación están obligados a contrastar la información e identificar sus fuentes. En cambio, en ocasiones, a nivel particular, malinterpretamos que la libertad de expresión significa expresar lo que nos dé la gana sin medir el daño moral o profesional que se causa. Por tanto, entendemos que este comunicado nos debe llevar a reflexionar sobre el uso de las redes sociales y los límites de la libertad de expresión.
Otro de los comunicados de interés que publicamos en este número alude al cierre de unas de las instituciones emblemáticas de nuestro pueblo: el Círculo de Rute. La falta de relevo al frente de la presidencia y la directiva, así como el personal de dichas instalaciones, son los motivos por los que esta entidad ruteña va dejar de prestar sus servicios.
Por lo demás, junio ha sido el mes en el que el presente curso escolar ha echado el cierre. Lo ha hecho con buena nota. Es el segundo curso que se ha llevado a cabo en tiempos de pandemia. El año pasado fue un auténtico terremoto para el mundo académico. Durante meses los estudiantes y toda la comunidad educativa tuvieron que enfrentarse a nuevos retos. Algo que parecía imposible hasta ese momento, como las clases online, se convirtieron en una realidad. Cambió la tradicional relación de enseñanza-aprendizaje entre maestro-alumno. Por suerte, los escolares y los alumnos y alumnas del IES Nuevo Scala este año sí han podido ir a sus clases presenciales. En algunos casos se han combinado con las de carácter telemático.
Y es que, hay cuestiones que han llegado para quedarse. La tecnología y nuestros conocimientos, y la relación con todo lo que tiene que ver con internet, se ha acelerado. Además, los temores iniciales de principio de curso respecto a los contagios se han disipado. Por tanto, este final de ejercicio es una realidad que tiene nombres y apellidos. Son muchos como para ser mencionados en este editorial. Ha sido un curso que han sacado adelante los equipos directivos de los centros, con los protocolos creados, estableciendo grupos burbujas o velando por las distancias de seguridad. Ha sido un curso que han sacado adelante los docentes, adaptando su modo de impartir clases a las nuevas circunstancias, o el personal de los centros educativos, que con las limpiezas continuas y múltiples han contribuido de manera significativa a evitar cualquier tipo de contagio.
Fundamentalmente, ha sido un curso en el que han aprobado con sobresaliente, en actitud, los más pequeños, esos cientos de escolares que han llevado con heroicidad sus mascarillas, sin más, sin protestar y asumiendo que es lo que tocaba hacer. Por todo ello, consideramos que es justo hacer ese reconocimiento a la comunidad educativa. Ahora, llega un verano en el que también se retoman algunas actividades que quedaron suspendidas como son los festivales de danza o flamenco, u otras de carácter cultural, que han incluido teatro, música y pintura. En este sentido, hay que aplaudir la iniciativa de arte urbano promovida por la delegación de Cultura del Ayuntamiento.
También ha concluido la redacción del proyecto de la ampliación del polígono industrial. Si todo va según lo previsto, después de más de una década de trámites y gestiones municipales, las obras de dicha ampliación comenzarán a principios de 2022. El polígono dará respuesta a la demanda existente, pero casi con toda probabilidad nacerá colmatado. Además, es un mes en el que se han anunciado importantes inversiones para nuestro pueblo y el acabado de algunas de las infraestructuras. De momento, la pista de entrenamiento de atletismo o las de vóley-playa, junto a la nueva piscina municipal, tendrán que esperar un año más. El futuro teatro continúa avanzando y las obras del edificio cultural de la calle Fresno están a punto concluir definitivamente.

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