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Fue fundadora de la cofradía gastronómica, coordinadora local de las donaciones de sangre y una persona muy vinculada a la vida social y cofrade de Rute
Decenas de asistentes acudieron en la tarde del miércoles 22 de junio a la parroquia de San Francisco de Asís para dar el último adiós a Rosario Aguilera Serrano. Había fallecido horas antes, a los 90 años, en la vivienda familiar del Paseo del Fresno anexa al Museo del Anís. Allí mismo se había instalado la capilla ardiente, por la que también pasaron cientos de personas de Rute y fuera para a despedirse de su vecina. En efecto, aunque era natural de Priego, estaba casada con el empresario local Francisco Córdoba Prieto. Por tanto, buena parte de su vida discurrió en Rute.
Su vinculación al pueblo no sólo llegó a través de su matrimonio y su relación con la empresa familiar, Destilerías Duende. También a lo largo de los años fue una persona activa en la vida social y cofrade, implicándose de diversas formas en el tejido asociativo del municipio. Colaboró como monitora de natación y generaciones de jóvenes aprendieron a nadar con ella. Como amante de la cocina, fue fundadora de la Cofradía Gastronómica y, como delegada local de la Hermandad de Donantes de Sangre, ejerció de coordinadora de las donaciones en Rute. Asimismo, fue pionera del Carnaval, al formar parte de alguna de las primeras agrupaciones femeninas.
- Fue coordinadora local de las donaciones de sangre y una persona muy vinculada a la vida social y cofrade del municipio
Mujer de profunda fe y convicciones religiosas, también estuvo muy ligada al mundo cofrade. En especial destacó su devoción por la Virgen del Carmen. No en vano, junto a su cuñada, la camarera de honor Teresa Córdoba, sus hijos Anselmo y Francisco Javier, y el resto de la familia Córdoba-Aguilera, oficiaron de padrinos de honor en la Coronación Canónica de la Patrona en 2018.
Ese ejemplo de vida cristiana fue destacado en las exequias funerarias por el sacerdote Pablo Calvo. Volvió para la ocasión a Rute para concelebrar la eucaristía junto al actual párroco de Santa Catalina, José Gregorio Martínez, y su homólogo en San Francisco, Carmelo Santana. En la homilía, el antiguo consiliario de la archicofradía recordó cómo el sentimiento cristiano había sido una constante en Rosario y cómo, aunque su salud física se había ido deteriorando, su fe había permanecido intacta.
Por San Francisco pasaron miembros de la Corporación municipal, con el alcalde Antonio Ruiz a la cabeza, políticos de fuera, como el exalcalde de Córdoba, José Antonio Nieto, y representantes del sector turístico y empresarial, así como del ámbito social, religioso y cofrade de Rute. Durante la jornada habían hecho lo propio en la capilla ardiente otros centenares de personas que habían ido a despedirse de una mujer muy querida y buena, en el sentido más machadiano de la palabra. Hasta dos coches fúnebres acompañaron al féretro para acoger todas las coronas de flores que, junto a las de la familia, habían enviado otras familias, colectivos y empresas locales. Rosario Aguilera ha sido incinerada en Cabra.
