Estimado lector, se acerca una de las fechas más destacadas de nuestro calendario festivo; prácticamente estamos a las puertas de nuestro carnaval.
Desde mi perspectiva, el carnaval es la fiesta por antonomasia de nuestro pueblo. Esta expresión puede sonar un tanto excluyente, debido a que contamos con otros ejemplos significativos. Sin embargo, es la única fiesta no religiosa en la que toma partido la mayor parte de nuestros vecinos, además se vive muy intensamente. Rute siempre ha sido muy carnavalero, pero ¿en qué estado de salud se encuentra nuestra fiesta? Hace unos años, allá por la década del 2010 se pudo comprobar una franca decadencia. Para nuestra suerte, la inclusión de nuevas actividades, como la que se lleva a cabo durante el segundo sábado están motivando una nueva etapa. Como vemos el futuro de esta expresión popular depende del común, quedando siempre en un segundo plano la iniciativa pública.
Es en esta materia donde quiero incidir, es cierto que las actividades que habitualmente se ofrecen cubren las expectativas más conformistas, pero quizás sea necesario un poco más. Para muchos el carnaval es un pasacalle que es prácticamente un “botellón” ambulante; dejando de lado muchos de los elementos que componen esta fiesta. En este orden recuerdo la exposición urbana que organizaron Víctor y Oscar, quizás el mejor ejemplo en cuanto a la patrimonialización de la fiesta. Esta vertiente más cultural y patrimonial es necesaria, todo suma. Por último, hay que darles su sitio a nuestras agrupaciones, precisamente, es su momento. No llego a comprender cómo en años pasados se les ha desplazado a un segundo plano, en favor de grupos que no son de carnaval; ni siendo de la temática me parece justo.
Este año parece ser una prueba de fuego, los recortes amenazan con generar una fiesta low-cost; a pesar de ser uno de nuestros hitos culturales y de atraer cada vez más visitantes. Ya que se habla tanto de desestacionalizar el turismo, concepto que por cierto introdujimos desde esta columna, podemos utilizar esta festividad como marco de expansión turística. Realmente cuenta con muchas posibilidades, solamente hay que buscarlas e incentivarlas. No debemos de conformarnos con lo preexistentes. Considero que hay que innovar e invertir para crecer y colocarnos como referente provincial; posición que está a nuestro alcance. Una de las tareas que puede recaer en el común, es la recuperación del “mascarón” podemos promover su uso y que deje de figurar únicamente en las páginas web, desactualizadas, sobre nuestro carnaval. Sea como fuere, desde estas líneas ánimo a participar de la fiesta, son días entrañables, divertidos y reivindicativos. Que no se nos olvide nunca el carácter de esta festividad.
¡DESTACAMOS!