Clementson leyó una selección de su antología poética “Las olas y los años”
Los amantes de las letras han vuelto a disfrutar de los textos de la manera más cercana y directa: la que trasmiten de viva voz los propios autores. De nuevo esta oportunidad ha llegado a Rute de manos del Circuito Literario Andaluz. En esta ocasión, quien ha dado a conocer en primera persona su obra poética ha sido Carlos Clementson. Para la concejala de Cultura, Belén Ramos, estas actividades suponen una forma “privilegiada” de acercar la literatura con autores “de primera línea”. A ello se suma un marco “ideal para los amantes de los libros” como es la Biblioteca Municipal. Clementson leyó una selección de poemas de su última antología, “Las olas y los años”, y repasó su amplia bibliografía. Dada su formación y vocación docente, entiende que cuenta con una ventaja “indudable” a la hora de ganarse al público. Lleva cuatro décadas enseñando a distintas generaciones de alumnos y no se corta en reconocer que, con la ayuda de la palabra, “siempre que ésta no se resista”, se siente en su elemento.
Además de poeta, crítico y traductor, este cordobés de ascendencia británica tiene una amplia formación pictórica (llegó a pintar con asiduidad en su juventud). Según explicó, como ha sucedido con otros autores como Alberti, esa influencia de la pintura está también presente en su obra. Lógicamente, la creación literaria no es un fenómeno aislado. Otros escritores se ven impregnados de artes como la música. En su caso, intenta plasmar en la poesía “un contorno figurativo de la palabra, una expresión carnal y sensual”. Eso se parece mucho “al volumen, el color y la forma de la pintura”.
¿Pueden ir también de la mano la poesía y la actualidad, más aún en tiempos como los que corren? En su opinión, la poesía está por encima de esa actualidad, “porque lo que busca es la eternidad”; algo que sólo consiguen “los grandes poetas, como Juan Ramón Jiménez o Unamuno”. Con todo, en efecto, cree que a la vez representa “un refugio, una medicina del alma en momentos en que la historia, la política o la vida social se hace más estrecha y opresiva”. Por lo tanto, se siente afortunado de haber podido encontrar en el acto lector “un consuelo a las espinas de la vida”. Sirve, además, para descubrir “lo mejor de nosotros mismos, porque nos miramos en el espejo de grandes conciencias humanas”.
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