La Agrupación Musical Santo Ángel Custodio, celebra su quinto aniversario

  • La banda, que toma el nombre del patrón de Rute, festejó la efeméride con un concierto extraordinario

  • Para la ocasión se contó con la Agrupación Nuestro Padre Jesús de los Afligidos, de Puente Genil

El concierto ofrecido en San Francisco de Asís culminó con una interpretación conjunta de las dos agrupaciones
El concierto ofrecido en San Francisco de Asís culminó con una interpretación conjunta de las dos agrupaciones

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Hace cinco años se presentaba en sociedad la Agrupación Musical Santo Ángel Custodio. Echaba a andar una formación para cuyo nombre habían apostado por el patrón de Rute. Mucho es el camino recorrido desde entonces, ha sido un lustro intensísimo, pero sus responsables aseguran que tienen cuerda para rato y que hay margen de crecimiento. De momento, en estas fechas están de celebración. Entre otros eventos, el 5 de diciembre ofrecían un concierto de aniversario en la parroquia de San Francisco de Asís. Para ello contaron además con el acompañamiento de otra agrupación, la de Nuestro Padre Jesús de los Afligidos, de Puente Genil. Ambas formaciones están hermanadas, entre otras razones, porque comparten director en la persona de Antonio Moreno. Ello dio pie además a que pudieran interpretar juntas un par de marchas.

Moreno lleva ligado a la agrupación ruteña desde su segundo año de vida. Él se encarga de rematar el trabajo previo que hace el otro director, Mariano Reyes. Es consciente de que en núcleos rurales como Rute cuesta juntar a tantos músicos. A diferencia de las grandes ciudades, en los pueblos hay gente trabajando o estudiando fuera, y sólo pueden verse los fines de semana. Para compensar ese problema, se hacen los ensayos “por voces”, es decir, cada sección de instrumentos, para después ensamblar el conjunto. En su opinión, el secreto es funcionar “como un tándem, como un equipo, que todas las piezas encajen sin que ninguna sobresalga”. Gracias a ello y al trabajo “tan serio”, los resultados son “alentadores”. Sostiene que el nivel interpretativo es “digno de alabar”, más aún teniendo en cuenta que sólo un par de miembros están en el conservatorio. El resto ha aprendido solfeo de forma amateur.

A pesar de que mucha gente se marcha a estudiar fuera, Reyes recuerda que el núcleo se mantiene. Desde su nacimiento, la agrupación no ha bajado de los cincuenta miembros. Ello permite que un ciclo positivo como éste se prolongue más. Otra de las claves que destaca es desde primera hora tenían la intención fija de hacerlo lo mejor posible. Eso no significa que no hayan tenido dificultades, pero el balance es satisfactorio. Están “contentos” con el rumbo que llevan y con “las ganas de seguir mejorando”. De lo que se ha conseguido hasta ahora, cree que lo más importe es que la gente “haya empezado a hablar de música, a amarla y apreciarla”. Respecto al trabajo de ensamblar todos los instrumentos desde lo particular al conjunto, reconoce que él y Antonio Moreno están “bastante compenetrados”. Y a su vez, hay mucho entendimiento con los responsables de cada sección.

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