103 personas de Rute se ven afectadas por un brote de salmonelosis tras una comida en un restaurante

Manuel García Sarmiento muestra las actas de las inspecciones de Salud

Manuel García Sarmiento muestra las actas de las inspecciones de Salud

El pasado 5 de mayo el Servicio de Vigilancia Epidemiológica, dependiente de la Delegación Provincial de Salud, detectó una agrupación de casos con sintomatología compatible con gastroenteritis, que cursaban con diarrea y fiebre en algunos pacientes. El brote se había producido tras la comida que celebró el domingo 4 en el restaurante El Vado de Rute la cofradía de la Virgen de la Cabeza, justo después del pregón de las fiestas. Como consecuencia, se activó el protocolo establecido en estas ocasiones y se realizó la encuesta epidemiológica oportuna, con la correspondiente encuesta individual y toma de muestras. A raíz de esto se confirmó la existencia de un brote de gastroenteritis por salmonelosis y se contabilizaron 103 personas de Rute afectadas, de las que sólo dos han tenido que ser hospitalizadas y evolucionan favorablemente. Asimismo, se localizó el foco de la infección, procediéndose al cierre cautelar de este establecimiento y a la adopción de las distintas medidas para el control del brote.

Francisco Antón, jefe del Servicio de Salud de la delegación de Córdoba, ha matizado que el cese provisional de la actividad se ha decretado hasta que se restauren las garantías de salud del local. También ha explicado que el germen de la salmonela puede desarrollarse “a determinadas temperaturas y con unas manipulaciones que no sean correctas”, de manera que crece “y contamina el resto los alimentos”. En concreto, de las muestras recogidas hay tres que han dado un resultado positivo de contaminación: una a base de carne, otra de pescado y unas croquetas caseras. Pese al elevado número de personas afectadas, Antón ha aclarado que el germen tiene un período de incubación de “entre uno y dos días”, de manera que a estas alturas no sería normal que se detectaran nuevos casos. Al mismo tiempo, en su condición de “agente de la salud pública”, ha subrayado que, a pesar de que puedan parecer medidas “muy drásticas” y de la “repercusión” que genera un cierre cautelar, su misión principal es “preservar la salud de los consumidores”.

Por su parte, el propietario del restaurante, Manuel García Sarmiento, ha tenido que enfrentarse “por primera vez en 29 años” a un problema de este tipo, tanto cuando disponía de un salón de bodas en la calle Toledo de Rute como en el actual complejo, situado en la carretera de Lucena. Sarmiento ha señalado que “todo” lo que se sirve entra de fuera, y ha confirmado que el brote proviene de estos tres productos, “parece ser que por la manipulación”. Tanto el pescado como las croquetas y unas “bombas” de carne llevaban huevo con pan rallado, y es del huevo de donde podría venir el germen de salmonela, si bien en las croquetas los resultados han arrojado una cantidad menor.

El gerente tuvo conocimiento de que había afectados el día 6, avisado de forma “no oficial” por el presidente de la cofradía de la Virgen de la Cabeza, David Ruiz, y poniéndose “de inmediato” a su disposición. Poco después, le llamaron desde el Distrito Sanitario de Lucena, anunciando que el día 7 se haría una inspección, que finalmente se adelantó al mismo día 6 a las diez de la noche. A esa hora sacaron muestras de todas las cámaras, que se han repetido en días posteriores, incluyendo “una desinfección total” de la cocina y la completa eliminación de los productos que había en esas cámaras.

García Sarmiento permanece a la espera de que desde Salud se levante el cese cautelar de la actividad. El protocolo en estos casos establece un plazo de quince días para presentar alegaciones. Sin embargo, se ha mostrado confiado en que este plazo podría finalizar antes, toda vez que, salvo en los tres productos citados, que han sido eliminados, en el resto de los análisis se han confirmado las idóneas condiciones higiénicas del establecimiento. Además de las inspecciones periódicas de carácter público, ha enseñado las analíticas que a título particular ha encargado, “casi todas las semanas”, en los últimos años al Laboratorio de la Subbética de Calidad Alimentaria, con unas actas que confirman “la ausencia de gérmenes”.

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