Escolares de Los Pinos conviven en carnaval con los ancianos de la residencia de Rute

Pequeños  y mayores disfrazados de forma conjunta recrearon varias canciones populares  infantiles

Pequeños y mayores disfrazados de forma conjunta recrearon varias canciones populares infantiles

El carnaval de Rute ha tenido un hueco para la emotividad. Ha sido como parte de una experiencia que se viene repitiendo desde hace unos años. Escolares de Primaria conviven con los mayores de la Residencia de Ancianos Juan Crisóstomo Mangas. Esta vez lo han hecho los del CEIP Los Pinos, justo al día siguiente del miércoles de ceniza, después de haber protagonizado “la sardinita” junto a los otros centros de Primaria de Rute. Durante esa mañana hubo sendos pasacalles a cargo de alumnos de Fuente del Moral (en el Paseo Francisco Salto) y de Los Pinos. En el colegio Ruperto Fernández Tenllado se reservó para la mañana del viernes. Los alumnos de Los Pinos se trasladaron a la residencia de ancianos. Allí, disfrazados de pececillos, interpretaron varias coreografías de canciones infantiles acompañados de los mayores.

Para Olaya Odriozola, directora de la residencia, es una actividad “primordial” por lo que tiene “de integración, de participación y de relaciones sociales”. Pero sobre todo cree que es “muy emotiva y afectiva”. Forma parte de iniciativas como la cruz de mayo o el Belén viviente, que sirven para que los mayores se encuentren con familiares, vecinos y amigos. Aparte de su carácter de convivencia, les ayuda a estimular las capacidades “físicas, psíquicas y sociales”. Odriozola matiza que en el centro no se sienten solos porque el personal está “volcado” y los familiares “cada día se involucran más”. Pero cree que estas actividades son necesarias, “también para los pequeños”.

Antes de que acabe el año se planifica la programación y luego la desarrolla el personal. En esta tarea han participado Sara Cobos, técnica de animación, y Ana Cruz, trabajadora social del centro. Según Cobos, no es algo puntual de un día; desde un mes antes los mayores han estado en un taller de manualidades que ha culminado en la preparación de sus propios disfraces “con material reciclado”. Además de desarrollar esta habilidad, “les permite aumentar la autoestima”. Ana Cruz añade que también ellos habían decorado el escenario, haciendo partícipe a la familia. La trabajadora social cree que es fundamental ponerlos en contacto con gente de otra edad, “para que sientan que forman parte de la vida del pueblo”. De hecho, en los días siguientes van a disfrutar de la visita y las actuaciones de varias murgas de Rute, que se han sumado a esta colaboración.

En lo que se refiere a la implicación de los escolares, se ha hecho extensiva a muchas madres y al personal docente del colegio. Según Eva María Cobos, profesora en Los Pinos, cuando este año se plantearon las actividades de carnaval, apostaron por una convivencia con los mayores. Cree que es para las dos generaciones “una experiencia muy bonita, que además les hace ver que no todos los abuelos viven en sus casas”. El mensaje añadido que se trasmite a los escolares es que a esos abuelos que están en centros como éste “hay que cuidarlos y visitarlos para que no se sientan aislados”. La profesora cree que es fácil inculcar estos valores de relaciones sociales a los pequeños. En la tarea se intenta involucrar también a los padres, madres y abuelos, para que no pierdan de vista que todos son parte importante del proceso educativo.

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