La asociación Artefacto muestra cómo ha evolucionado el carnaval de Rute

 La asociación organizó una mesa redonda para  analizar y conocer la historia del carnaval ruteño

La asociación organizó una mesa redonda para analizar y conocer la historia del carnaval ruteño

Con un formato original, y haciendo alarde de la creatividad que les caracteriza, la Asociación Cultural Artefacto de Rute, llevó a cabo el pasado viernes, 15 de febrero, un acto relacionado con el pasado, presente y futuro de nuestro Carnaval. Representantes de diferentes agrupaciones carnavaleras de Rute, y algún que otro mascarón, se dieron cita en el salón de actos de la Ludoteca Municipal, en una mesa redonda. El encargado de coordinarla fue el presidente de Artefacto, Antonio José Gómez. Durante la tertulia se pudo constatar cómo el carnaval de Rute ha ido evolucionando y adaptándose a las distintas épocas. Y es que los tiempos han cambiado, pero el carnaval sigue siendo una de las tradiciones ancestrales de Rute.

Pese a haber pasado por diferentes momentos, esta fiesta siempre ha sido una de las manifestaciones populares más arraigadas de nuestro pueblo. El carnaval de Rute tiene nombres propios, por todos conocidos: el de Agatón; el de Loli; el de “la Juanita”; el de Diego, el peluquero; el de Mariceli y Antonio; el de Domingo Durán;  el de Benítez; o los conocidos como “Pedro, el del agua” o “el Maestro la Villa”. Nombrarlos a todos es imposible, pues son muchos. La nómina de estos “mascarones” la componen personas de todas las clases sociales y de diferente índole. Todos tienen algo en común: cuando en Rute es carnaval, se trasforman. Salen y convierten nuestras calles en puro teatro.

Tradicionalmente, el carnaval de Rute se ha caracterizado por la máscara o el mascarón. Sólo había que abrir el baúl de la abuela para sacar unas enaguas o una combinación y lucirlas sin pudor. O atreverse para salir a la calle con los calzones del abuelo, la ropa pasada de moda, algún que otro sombrero o la famosa “toca”. El vestuario era lo de menos. Cualquier prenda podía servía para meterse en el papel. La presencia de las murgas ha sido otra de las señas de identidad de nuestro carnaval. Las de antaño estaban pensadas para la sátira y para poner de manifiesto los vicios individuales o colectivos; o para parodiar a algún personaje político o  acontecimiento social de nuestro pueblo. Con el tiempo, estas murgas, tan típicas de Rute, han ido dando paso a todo tipo de agrupaciones carnavalescas, a nuestras actuales comparsas y chirigotas.

Paralelamente a esa afición por el carnaval, en Rute han ido proliferando todo tipo de iniciativas públicas y privadas. Hace unos dieciocho años, un grupo de ruteños apostaba por el entierro de la sardina. Desde entonces, en el calendario ruteño, el miércoles de ceniza va irremediablemente unido a la celebración de este particular cortejo fúnebre. Después llegaría el pasacalles municipal organizado por el Ayuntamiento de Rute. En poco tiempo se ha convertido en una de las manifestaciones populares más multitudinarias y coloridas. Y desde hace siete años se ha instaurado otro pasacalles. En este caso es de carácter temático y en cada edición ha estado inspirado en algún motivo en particular. Según el alcalde Antonio Ruiz, el buen momento por el que atraviesa el carnaval ruteño es fruto de ese trabajo conjunto entre la iniciativa pública y privada.

Además de la tertulia organizada en torno al carnaval, el acto preparado por Artefacto y  denominado “Viernes de colores” también contó las actuaciones de las agrupaciones carnavalescas de la presente edición. Al finalizar, el alcalde anunció que una de ellas, la que este año cumple treinta años conocida durante la presente edición como “Los peinetas”, ha sido galardonada con el Premio Villa de Rute al Fomento y Mantenimiento de Nuestras Tradiciones. En definitiva, nuestro carnaval pasa por un momento álgido. Las expresiones populares y las formas de manifestarse han cambiado, pero la esencia se mantiene. No obstante, como puso de manifiesto el presidente de Artefacto, Antonio José Gómez, hay que conocer la historia de nuestro carnaval para que ciertas tradiciones no se pierdan.

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