Un renovado certamen de murgas abrió el carnaval de Rute

La murga "Los juguetes (no importa el tamaño) ha sido la gran novedad de esta edición

La murga “Los juguetes (no importa el tamaño) ha sido la gran novedad de esta edición

Comenzó el carnaval. La fiesta de la carne garantiza días de diversión en Rute, anticipo de la contención que ha de venir en Cuaresma y antídoto temporal para una crisis que se ha instalado en nuestras vidas con desesperación y melancolía rutinarias. Todo eso quedó aparcado el sábado, 13 de febrero, hasta el domingo de piñata, aunque la crisis fuera un tema recurrente en las letras. El telón se abrió, como es costumbre, con el certamen de murgas. Repitiendo la sede del año pasado, tuvo lugar en el hotel El Mirador, en una gala conducida por Jorge Caballero. Que había ganas se confirmó en el salón principal, tan abarrotado como la plaza del dúo Sacapuntas. No se sabe si el tiempo desapacible echará a alguno para atrás a la hora de salir a la calle, pero a cubierto la respuesta no pudo ser mejor. Por pedir, que algún asistente más hubiera ido disfrazado, pero aun así no faltó colorido entre el respetable.

Esperaban a las dos agrupaciones que salen este año. Desde hace varias ediciones, resulta difícil ver más en esta variante carnavalera. Vestirse para el entierro de la sardina o el pasacalles no requiere ni de lejos la preparación y los ensayos necesarios para mantener en pie una agrupación. La prueba más palpable es la gran ausencia de este año, la murga más emblemática de Rute, la de Benítez, primero, la de Javi Reina, luego. Todo el mundo confía en que sea una pausa, pero, después de veintiocho años ininterrumpidos haciendo del carnaval una de nuestras tradiciones más señeras, merecen el mejor de los reconocimientos.

Y si unos lo han dejado, por ahora, otros apuestan por el relevo. Es el caso de “Los juguetes (no importa el tamaño)”. La mitad de la formación procede de la charanga “El aguardiente”, pero todos aseguran haber vivido desde siempre el ambiente carnavalero. Por eso, decidieron que había que revitalizar las murgas, aunque dispusieran “sólo” de cinco meses. Que consideren ese período poco tiempo da idea de la fuerza de voluntad que hay que tener para emprender una empresa así. Para ello, además, solicitaron la colaboración de otro referente de esta fiesta, Antonio José Gómez Morillo. Su reivindicación ha sido doble: por un lado, la copla popular carnavalera. Por otro, en tiempos de videoconsolas en el cuarto de casa, el rescate de esos juguetes con los que tantas generaciones crecimos en la calle.

Antes de “Los juguetes” actuó la que se podría considerar la “murga Guadiana”, la liderada por Rafael Fernández Osuna. Ganas no les faltan, pero la disponibilidad ha hecho que casi siempre salgan cada dos años. Su hermano Francisco ya anticipaba, medio en broma, que, siguiendo esa lógica, la próxima vez no les toca. De momento, han decidido emular a las trabajadoras del PER, con el nombre de “Las coñonas del Ayuntamiento (me tienen contento)”. Desde luego, sobre el escenario mostraron más habilidad con los pitos y las guitarras que con las escobas y las brochas.

En esta ocasión la murga ha servido de aglutinante de otras. Si en su día Rafael emprendió su propio camino tras la experiencia con “Los Plenos de JB”, ahora varios componentes de esta formación se han reintegrado con antiguos compañeros de viaje. Así pues, reciclaje y renovación han sido dos características de este certamen de murgas. Al término de las actuaciones, el concejal de Festejos, José Arcos, entregó las subvenciones para estimular a las dos formaciones para seguir adelante. El deseo de todos es que ambas tengan continuidad. Buena parte del carnaval de Rute está en sus manos, y en su tiempo.

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