La lotera asegura que cuando se entrega un premio aumenta la afluencia de clientes
Isabel Reina parece tener firmado un pacto con la Fortuna. En su receptor de loterías, situado en la calle Granada número 59 de Rute, se sellaba un boleto de la Bonoloto correspondiente al sorteo del pasado martes, 18 de diciembre; uno de tantos, si no fuera porque ha sido premiado con más de un millón de euros. Dos únicos acertantes, el otro boleto fue sellado en Madrid, han hecho posible tal cantidad para no se sabe quién, porque la única certeza es que Isabel expendió el boleto ganador, pero del dueño ni rastro. Ni siquiera se sabe si es de Rute o de fuera, algo que no extrañaría, habida cuenta de los muchos visitantes que recibe la localidad en estas fechas. De hecho, su propietario ni siquiera ha de pasar por ninguna administración para cobrar el premio, “sino ir directamente a la delegación o al banco”.
“La otra vez hubo tanto revuelo que se ve que ahora está persona habrá preferido curarse en salud”, comenta con humor la lotera, en alusión a otro de los premios sonados que salió de su establecimiento. Fue en el año 98, y el afortunado, una persona de Rute, ingresó 300 millones de las pesetas de entonces, correspondientes en aquel caso a la Lotería Primitiva. Ya en 2002, Isabel “entregó” otro premio, aunque mucho menos cuantioso: 42.000 euros de una combinación de la Primitiva de cinco aciertos más el complementario. En aquel caso, de la persona agraciada nada se supo.
Tres golpes, pues, que a más de uno hacen pensar que por las manos de esta lotera pasa la suerte. Así, a pesar de que ella no se beneficie directamente de los premios, “sí se nota porque viene más gente”, aunque admite que la suerte “es viajera”.
