Tres años de cambio

En estos días, se han cumplido tres años de un acontecimiento histórico como fue el cambio de gobierno al frente de la Junta de Andalucía, y es que hace ahora tres años, después de casi cuarenta, por primera vez se producía la tan necesaria y ansiada alternancia de poder al frente de la Junta de Andalucía. Se ponía fin a casi cuarenta años de gobiernos socialistas al frente de nuestra autonomía. Tras unas semanas convulsas en las que aquellos que se hacían llamar demócratas, no podían asumir la realidad de que el pueblo les había puesto fuera de las instituciones y se dedicaron a incendiar a la opinión pública y a movilizar a sus fieles, con una actitud más propia de esos totalitarismos que vemos tan lejanos y que tanto le gusta a la mal llamada izquierda de nuestro país acoger cuando el pueblo decide algo que va en contra de sus opiniones o de los intereses de unos pocos dirigentes como decimos mal llamados de izquierdas. Pasaron las semanas, y el gobierno de JuanMa Moreno empezó a trabajar, empezó a levantar alfombras y a encontrarse la realidad de lo que habían dejado a sus espaldas cuarenta años de gobiernos socialistas al frente de la Junta de Andalucía, y como se suele decir, la realidad superó ampliamente cualquier ficción o cualquier cosa que nos hubiéramos podido imaginar. El olor a podredumbre que desprendía la administración autonómica socialista era tal, que aún hoy resuenan aquellos lodos, y seguirán oyéndose los ecos resonar durante mucho tiempo. Afortunadamente, el Gobierno del Cambio empezó a trabajar, y hoy, pasados tres años y visto todo aquello con perspectiva, la realidad de Andalucía es muy diferente a la que nos encontrábamos en aquel mes de enero del año 2019, y es que pese a haber atravesado la peor crisis que el mundo recuerda desde la II Guerra Mundial, Andalucía ha demostrado estar a la altura de las circunstancias y ha pasado de ser el vagón de cola de nuestro país, a ser una comunidad líder y una de las locomotoras de nuestra nación. Andalucía ha dejado de ser la tierra de la corrupción para ser una tierra de igualdad de oportunidades en la que independientemente de nuestra ideología, todos tenemos las mismas oportunidades. Andalucía ha pasado de ser una tierra a la que huía el capital a ser la tierra de las oportunidad, donde los empresarios que antes abandonaban despavoridos porque no encontraban un gobierno serio, vienen ahora a generar empleo y a apostar por nuestro talento, arropados por un gobierno competente que tiene una firma apuesta por el talento y por el valor de nuestra comunidad y que ha apostado por convertir a la administración en un aliado, en lugar de un enemigo, eliminando esas trabas burocráticas que hacían eterno cualquier proyecto en nuestra región. Andalucía ha pasado de ser tierra de impuestos, a ser un lugar en el que se ha vuelto a demostrar que bajando impuestos a los ciudadanos, la administración puede prosperar y mejorar su competitividad frente al resto de regiones. ¿Está todo hecho? Por supuesto que no, aún queda mucho por hacer, y aunque algunos aún intentan torpedear ese cambio, el cambio es imparable. Las bases están sentadas, y como dice JuanMa Moreno, esto ya no hay quien lo pare, y está en nuestra mano mantener a Andalucía como esa tierra de talento y de oportunidades, abierta al mundo, y que tanto puede aportar a nuestra nación y al resto de Europa.

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