-
Natural de Córdoba, la religiosa ejerció su magisterio en Rute durante más de cuarenta años y fue directora de la Escuela Hogar hasta su marcha en 2017
Ha fallecido Sor Rosa María Palomino, en Granada. Desde que se marchó de Rute en 2017 ejercía en el Colegio de las Hermanas Mercedarias de Cájar. Pero se ha ido queriendo estar cerca del pueblo que la acogió, al que tanto quiso, y sobre todo cerca de su Virgen de la Cabeza. Este pasado sábado por la tarde, apenas unas horas antes de decir adiós, su última voluntad en vida fue escuchar una vez más “Morenita y pequeñita”, el himno que tantas veces había cantado durante los muchos años que estuvo en Rute. Natural de Córdoba, llegó aquí a principios de la década de los 70 y aquí permaneció hasta 2017, cuando desapareció del pueblo la última congregación que quedaba de las Hermanas Mercedarias, la de la Escuela Hogar. En este centro de la Fundación Juan de Dios Giménez ejerció su magisterio, como religiosa y docente, siendo hasta su marcha la directora.
- Era tal su devoción por la Virgen de la Cabeza, de la que fue pregonera, que su última voluntad ha sido volver a escuchar el himno “Morenita y pequeñita”
Sor Rosa María, como la conocía todo el mundo, sin necesidad de más apellidos que la identificaran, era maestra de profesión y de vocación, una vocación paralela a la religiosa, porque hizo del amor por los niños una pasión. Antes del conocimiento sobre alguna materia concreta, la primera enseñanza que trasmitió siempre a quienes tuvo bajo su tutela fue el cariño que les mostraba. Su tesón y su voluntad férrea para ser constante en todo aquello en lo que creía le permitieron sacar adelante muchos proyectos para la Escuela Hogar. Combinaba un carácter fuerte con la humildad suficiente para que no le importara pedir disculpas si sentía que se había excedido.
Junto a la docencia, la otra pasión de la que hizo gala en Rute fue la Virgen de la Cabeza, de la que fue pregonera en 1999. Al cabo de tanto tiempo, aquel pregón sigue siendo uno de los más ovacionados y recordados. Fue, además, la primera religiosa en desempeñar este cargo. Durante años se hizo habitual verla en esa especie de reservado que ella y otras hermanas como Sor Carmen montaban en la peana de la entrada de los Cortijuelos. Nada más salir la procesión en la mañana del segundo domingo de mayo y pasar junto a la Escuela Hogar, se iban allí “a coger sitio”. Pero después, tampoco dudaba en acompañar en el resto del recorrido y comentar al oído de algún confidente: “Sin duda, es la mayor manifestación de fervor que hay en Rute”.
Quería tanto a Rute y a su Morenita que tras su marcha siguió volviendo, ya fuera con algún familiar al Belén de Chocolate o, cómo no, a la parroquia de San Francisco. La última vez que estuvo en las Fiestas de Mayo fue en 2019, un año antes de que todo se interrumpiera por la pandemia. Vino con una sobrina a la ofrenda de flores, a estar cerca de su Morenita, cuyo himno quiso volver a escuchar en sus últimas horas. Sor Rosa María descansará desde este lunes en la Casa Provincial de las Mercedarias, en Cájar. En Rute, permanecerá siempre en la memoria de quienes tuvieron la suerte de conocerla.