Arriba, votación en las mesas de Rute. Abajo, porcentaje de participación a las siete de la tarde (pulsar para ampliar)
Un total de 8.236 personas de Rute, distribuidas en trece mesas, estaban convocadas a las urnas en esta jornada de referéndum por el Estatuto de Autonomía. Durante las primeras horas de votación, nuestra localidad se ha movido en unas cifras similares a las del resto de la provincia de Córdoba, que, en los dos primeros avances se ha situado entre las de más afluencia de participación de la comunidad autónoma. Así, en el primer porcentaje, a las dos de la tarde, Córdoba lideraba la estadística, con un 20,93% de los electores que ya se había acercado a su mesa. Para entonces, un 19,51% de los ruteños y las ruteñas habían ejercido su derecho al voto. En el segundo sondeo, correspondiente a las siete de la tarde, Córdoba mantenía un porcentaje superior al del resto de las provincias, con un 31,68% de votos, si bien el primer puesto lo ocupaba Jaén, con un 32,75%. Dentro de un índice bajo e inferior a lo que los propios responsables políticos vaticinaban, Rute seguía a esta hora muy por encima de la media de toda la comunidad autónoma, con 33,87% de participación.
La tónica dominante en nuestro municipio ha sido la de normalidad. A las ocho de la mañana estaban constituidas todas las mesas, con sus integrantes al completo; tan sólo en la mesa A del colegio Los Pinos uno de sus componentes ha tenido que ser reemplazado por enfermedad por el primer suplente. Como es habitual, una jornada de estas características, es prolija en anécdotas y situaciones curiosas. Así, en la mesa del Edificio de Usos Múltiples una persona introdujo por error su DNI junto al voto, de modo que se ha visto obligada a esperar hasta la apertura de la urna las ocho de la tarde para recoger su documento. No ha faltado quien se ha dejado su carnet de identidad olvidado en casa o quien ha acudido a votar con una fotocopia del mismo, por lo que ha tenido que ir a buscar el original. Por último, en Los Pinos se ha dado la coincidencia de que dos personas censadas en la misma mesa compartían nombre y apellidos. Ha habido que distinguirlas, también, por el DNI.
