Rute cierra una Semana Santa condicionada como pocas veces por la lluvia

La de Jesús Resucitado ha sido la última  procesión que se ha quedado sin salir en la Semana Santa ruteña

La de Jesús Resucitado ha sido la última procesión que se ha quedado sin salir en la Semana Santa ruteña

La Semana Santa de 2013 va a ser difícil de olvidar para los cofrades y seguidores de las hermandades de Pasión. Por las fechas en que se celebra, pese a su variabilidad, es época propicia para los aguaceros. En Rute incluso existe el término “abriladas” en el habla popular para referirse a estos fenómenos meteorológicos. Lo sorprendente de este año incertidumbre generalizada. Todas las cofradías eran conscientes de que la posibilidad mayor era que la lluvia hiciera acto de presencia. Además, según lo que anunciaban las previsiones, salir sería más una excepción que una tónica. Así de mal pintaba “el mapa del tiempo” para estos días. Ya se llegó a los llamados días grandes con dos procesiones suspendidas, la de la Borriquita y la del Cristo de la Misericordia. El planteamiento general de las cofradías ha sido esperar justo a la salida. Conscientes de que podían caer unas gotas en cualquier momento, si a la hora fijada no llovía, había que correr el riesgo. En caso contrario, se daría algún plazo, siempre en función de la fuerza con que cayera el agua.

Abiertas estaban ya las puertas de San Francisco en la tarde-noche del Miércoles Santo cuando se dejaron ver cuatro gotas mal contadas. La cosa no fue a más entonces, aunque el cielo, ya oscurecido, se mostraba encapotado. Las imágenes de Jesús de la Rosa y Nuestra Señora del Mayor Dolor asomaron a la calle. La comitiva enfiló, como de costumbre, el Llano hacia arriba en dirección a la calle Nueva. Ahí se encontraban cuando el cielo “se rompió”. Fueron instantes de tensión y de muchas carreras. El chaparrón apretaba cada vez más. En apenas unos segundos hubo que cubrir con plásticos al Cristo y el palio de la Virgen, volver corriendo sin apenas tregua para los costaleros y esperar la llegada de Jesús de la Rosa. Por las dimensiones de los tronos, ha de salir y entrar en la iglesia antes que la Virgen. Al desolador panorama hay que añadir una muchedumbre agolpada con los paraguas abiertos en las inmediaciones de San Francisco. El mérito de la junta de Gobierno y los costaleros es haber mantenido la calma necesaria para evitar incidentes.

Quienes pueden afirmar que a la tercera ha ido la vencida son los miembros de la hermandad del Abuelito. Quizás el destino o la propia meteorología le debían una. Tres años seguidos sin salir hubiera sido un golpe moral demasiado fuerte. Por eso, el cortejo se recreó en la calle durante ocho horas. De manera indirecta, este recorrido también se ha visto marcado por el agua. Las prolongadas precipitaciones han impedido que concluyan las obras de la calle Herrero. Pero incluso aquí se ha intentado hacer de la necesidad virtud. El recorrido alternativo que hubo que buscar permitió el paso de las imágenes por puntos inéditos, como la ronda norte en la zona de Fuente del Moral.
Otro momento novedoso del itinerario se dio al llegar al Llano. Cada paso entró por un lateral de la plaza Nuestra Señora de la Cabeza, hasta quedar frente a frente a las puertas de San Francisco. En definitiva, la cofradía del Abuelito ha tenido motivos sobrados para resarcirse de dos años seguidos de sinsabores.

Las previsiones han sido tan cambiantes que, en principio, se esperaba que el temporal diera una tregua para el Viernes Santo. No fue así. Nada más asomar el Nazareno a la calle, cayeron las primeras gotas y hubo que cubrirlo con plásticos. Eso sí. Después de la hora que permanece siempre frente al Ayuntamiento, reanudó la marcha con normalidad. La lluvia no aparecería de nuevo hasta el último tramo del Cerro. Muchos pensaron que el Cristo subiría cubierto la cuesta, al son inseparable de “La Madrugá” interpretada por la Banda Municipal. Pero al cabo de unos segundos se volvió a descubrir. Con todo, alguna gota se dejó entrever más adelante. Así que primero se decidió no subir al cementerio y después se aceleró el paso. Sólo se entretuvo algo más en la recta final de la calle Granada. Por la noche, la salida del Santo Entierro estuvo en el aire durante un rato. Al final, el recorrido nocturno (el único oficial de la Semana Santa en Rute, con presencia incluida de representantes políticos) se recortó por la calle Bonilla. Gracias a ello, apenas afectó la llovizna que apareció cuando los pasos llegaban de vuelta a Santa Catalina.

El aguacero más fuerte acechaba para la medianoche. Quienes se acercaron al Cerro de San Cristóbal lo hicieron con el propósito de rezarle a la Virgen de la Soledad, conscientes de que no saldría en esas condiciones. De por sí, esta procesión tiene el inconveniente añadido de que a medianoche no se puede vislumbrar si hay claros en el horizonte. Pero esta vez diluviaba a la hora de la salida. Por tanto, los fieles que llenaban la pequeña ermita se limitaron a acompañar las oraciones del sacerdote David Ruiz. Cabe señalar que la cofradía había cedido la venta de las velas a la asociación Cuenta Conmigo, pero esta iniciativa solidaria tendrá que aguardar a mejor ocasión.

Algo parecido ocurrió en la mañana del Domingo de Resurrección. Desde dos días antes los miembros de la cofradía sabían que se anunciaban fuertes precipitaciones durante toda la jornada. Y en tan corto espacio, los pronósticos no suelen fallar. Poco después de las diez comenzó a llover y ya no paró hasta final de la mañana. No es que el pesar fuera menor. Pero al menos no sufrieron la incertidumbre añadida. Jesús Resucitado no ha podido estrenar en la calle el trono adquirido de ocasión. Es de mayores dimensiones y da cabida a treinta y seis costaleros, seis más que el anterior. La estación prevista tuvo que limitarse al templo, con los sones de las marchas tocadas por la Agrupación Musical Nuestro Padre Jesús de La Fuensanta, de Morón de la Frontera.

La Semana Santa concluyó en Rute como había empezado, y como ha ocurrido en otros muchos puntos de Andalucía. La frustración entre los cofrades es generalizada, pese a que estaba anunciado que este año sería así. Para el que viene, confían en no tener que conformarse con ver la mayoría de las imágenes de Pasión sólo en los templos.

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