El parroco David Ruíz en el interior de la Ermita de San Sebastian
El pasado viernes día 19 la ermita de San Sebastián abría sus puertas para dar a conocer los trabajos de restauración que se han llevado a cabo durante los últimos meses. Una restauración que ha consistido en la recuperación de lienzos, pinturas y yeserías de gran valor artístico que datan de la época del barroco, finales del siglo XVI y principios del XVII. También se ha aprovechado la ocasión para remozar, pintar y mejorar el mobiliario del resto de la ermita. La dirección de esta restauración ha corrido a cargo de Ana Infante de la Torre, avalada por una amplia trayectoria profesional y habiendo trabajado, entre otras, con obras de la Casa- Museo de Picasso en Málaga.
Respecto a la intervención que se ha llevado a cabo en la ermita de San Sebastián, Ana Infante explicó que se ha actuado sobre tres partes bien diferenciadas: una de pintura mural y que forma parte de la arquitectura del templo, otra que forma parte del retablo y finalmente, la intervención de mayor importancia que se ha realizado sobre la pintura de caballete. Principalmente los problemas detectados han sido los propios del deterioro producido por el tiempo: grietas, pérdida de pinturas, oscurecimiento de las obras, aunque también se han encontrado con alguna pieza mutilada. Ana Infante afirma que “el número de piezas valiosas con los que cuenta la ermita, en relación al tamaño de la misma, es muy significativo.
Antes de que Ana Infante explicase a los asistentes en que había consistido la restauración, el párroco David Ruiz, hizo uso de su palabra para manifestar que “la Iglesia tiene el deber de conservar todo aquello que ha sido producto de la fe cristiana”, y que ha generado a lo largo de la historia un importante patrimonio histórico y cultural. Para David Ruiz, la esta ermita es la gran desconocida, sobre todo entre la población más joven, pese a ser “uno de los lugares de culto del municipio con mayor número de obras valiosas”.
La intervención de David Ruiz ha sido la última, antes de dejar nuestro municipio y dice “irse orgulloso de haber visto culminado este trabajo”, dado que no niega “su pasión” por el patrimonio cultural y eclesiástico. David Ruiz deja de ser párroco en Rute y se traslada a la vecina localidad de Doña Mencia.
De esta forma la ermita que se encontraba en un estado deplorable ha pasado a ser un de nuevo un lugar de culto: reanudándose los oficios y abriendo sus puertas para el culto a partir de este momento. Las restauraciones han costado 40.000 euros y han sido posibles gracias a la aportación del obispado, con 10.000 euros, así como los donativos de la residencia y particulares. El párroco, Pablo Calvo, destacó que la iglesia estará abierta desde las ocho de las mañana para que todo aquel que lo desee pueda hacer adoración eucarística.
