El programa ha combinado deportes “históricos” en Rute, como el baloncesto o el voleibol, y otros que están en auge ahora, como el bádminton
Durante dos días consecutivos se ha respirado deporte de base por los poros del Pabellón Gregorio Piedra de Rute. Desde primera hora del sábado 24 hasta mediodía del domingo 25 se han sucedido los encuentros correspondientes a sendos torneos locales de baloncesto 3×3 y bádminton. Formaban parte del programa Noviembre Deportivo, promovido por la concejalía y el Servicio Municipal de Deportes. Este programa se ha completado con el torneo de voleibol 2×2 en pista, disputado el sábado anterior. En total, más de ochentas personas de Rute han estado practicando alguna de estas modalidades durante estos tres días. Ello ha deparado gratas sorpresas, como puede ser el caso del baloncesto. El hecho de no contar con un equipo en competición (el Club Baloncesto Rute sólo estuvo federado siete años allá por los ochenta) quizás hace menos visibles a los muchos practicantes de este deporte. Cuarenta han sido los que han participado en este torneo, repartidos en diez equipos. En esta ocasión, desde la organización se apostó por un formato de liga pura y dura. Ello dio lugar a que se disputaran nada menos que noventa partidos, de 15 minutos cada uno a reloj corrido.
Tras este maratón de encuentros, el equipo más sólido fue el formado por Javier Ramírez, Juan Carlos Pacheco, Antonio Jesús González y Antonio Rosales. Tienen el mérito añadido de que se vieron obligados a afrontar buena parte del torneo con sólo tres efectivos. Rosales, ese cuarto relevo que permitía los cambios en los equipos, tuvo que retirarse por lesión. Fueron Javier Ramírez y Juan Carlos Pacheco los que formaron el equipo y contactaron con los otros dos compañeros. Los cuatro son un buen ejemplo de esa joven generación que juega al baloncesto con frecuencia en nuestro pueblo.
En el otro extremo, estaría gente de “la vieja guardia”, que llevan más de dos décadas practicando este deporte, como pueden ser José Antonio Tejero, Javier Reina, Daniel Piedra o Antonio Guerrero. Unos y otros coinciden en que la dificultad para conformar un club está en aglutinar a un grupo suficiente de una misma generación con edades parecidas. Lo que sí tienen claro es que torneos como éste permiten fomentar este deporte sin que se requieran tantos jugadores. Antonio Guerrero destacaba cómo el torneo había permitido un intercambio generacional muy interesante, incluso que se reenganchara “gente que llevaba sin jugar desde el colegio o el instituto”.
Ya en la mañana del domingo se disputó el torneo de bádminton. Para esta cita, el número de participantes fue de 23, repartidos en dos únicas categorías, infantil y adultos. En esta ocasión, el campeonato se disputó por eliminatorias directas. En el caso de los infantiles, al ser menos, el ganador tenía el aliciente de medirse con los adultos, todo ello sin perder de vista que eran partidos amistosos. La anécdota se produjo en la final absoluta, que enfrentó a uno de los entrenadores del Club Bádminton Rute, Juan de Dios Pérez, con uno de sus pupilos, Álvaro Gómez. No se produjo la sorpresa de que el alumno superara al maestro y Juan de Dios se impuso en dos sets.
En cualquier caso, como ocurre en estos eventos, el resultado no era lo más importante, sino seguir fomentando la práctica de este deporte. No es que hubiera jugadores que no formen parte del club, pero sí ha servido de escaparate para que otros chicos y chicas se aficionen. De cara a los que ya están en competición, podría haber servido para que jugaran más relajados. Como apunta el presidente del club, Andrés Rabasco, se podría esperar que fueran sobre todo “a divertirse”. Sin embargo, una vez en el campo, cree que la motivación de ganar nunca pueden dejarla atrás.
