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La delegación local de esta ONG participa con otros pueblos cordobeses en la mejora de las comunicaciones para un centro de salud en este país africano
La delegación de Manos Unidas en Rute ya conoce el proyecto en que va a cooperar en 2024. A nivel nacional, el lema elegido para este año es “El efecto ser humano, la única especie capaz de cambiar el planeta”. Según aclara uno de sus miembros en nuestra localidad, Sergio Ruiz, se quiere hacer ver cómo la mano del hombre cambia el clima. Ello a su vez repercute negativamente en derechos básicos como la alimentación, el agua o un entorno saludable.
- El proyecto se eleva a 81.661 euros y pretende mejorar el acceso a un centro de maternidad en Chembe, una aldea de Cape Maclear, al sureste de Malawi
En un ámbito más cercano, el provincial, la diócesis de Córdoba asigna cada año las iniciativas de cooperación en que se va a cooperar, agrupadas por municipios. Como recuerda Luisa Ariza, otra de las integrantes de la delegación local, un pueblo como Rute no podría afrontar por sí solo un proyecto de esta envergadura. El correspondiente a nuestra localidad este año tiene como objetivo mejorar el acceso a un centro de maternidad en Chembe, una aldea de Cape Maclear, al sureste de Malawi. El importe total se eleva a 81.661 euros.
Ariza subraya que cuando Manos Unidas actúa sobre un proyecto ya está diseñado y planificado. Lo que hace esta ONG de ámbito religioso es obtener fondos para financiarlo. En este sentido, el sacerdote Bernard Huamán matiza que tanto Manos Unidas como Cáritas representan la solidaridad o la caridad de la Iglesia. No son excluyentes, al contrario. La primera actúa a nivel mundial, mientras que Cáritas atiende casos concretos en un contexto más cercano, “las necesidades propias de cada sitio”. Sergio Ruiz añade que la Iglesia trata de llegar hasta donde no pueden hacerlo las organizaciones gubernamentales.
En este caso, la región cuenta con centro de salud, pero no pueden asistir a mujeres que van a dar a luz. Una distancia de apenas 18 kilómetros resulta un obstáculo casi insalvable para las comunicaciones de la zona. No sólo tienen que atravesar un lago, sino que los medios de transporte son pocos y caros para las posibilidades de la población nativa. Como recuerda el sacerdote, a menudo son necesidades básicas en muchos lugares de África, Asia o Sudamérica. En cambio, en nuestra moderna sociedad están más que superadas.
Ahí es donde entra en juego el lado más solidario. En febrero, un mes muy activo para Manos Unidas se solía celebrar la “cena del hambre”, una de las actividades destacadas de cada ejercicio. En cambio, en esta ocasión se optó por adelantarla a diciembre, en la antesala de la Navidad, época solidaria también por antonomasia. Ruiz asegura que la respuesta del pueblo de Rute ha vuelto a ser ejemplar.
Las iniciativas no acaban ahí y, según ha adelantado, en el segundo fin de semana de febrero se van a suceder varias. Así, si la lluvia lo permite, el sábado por la mañana está prevista una cuestación en la calle, frente al Ayuntamiento. Además, durante todo el fin de semana se hará una colecta en las dos parroquias, San Francisco y Santa Catalina. Con todo, el sacerdote puntualiza que en cualquier momento quien lo desee puede acercarse a aportar un donativo. El proyecto se financia a lo largo de todo el año, si bien la mayor actividad se concentra en el primer semestre. Antes de junio quieren programar un sorteo para recaudar fondos, pero aún no tiene fecha.