Laura Vital protagoniza el homenaje de la Peña Flamenca al emigrante

  • La cantaora gaditana vuelve a Rute para esta actuación dedicada cada año a las personas que en su día tuvieron que dejar su pueblo y regresan en estas fechas

La cantaora de Sanlúcar de Barrameda presenta en Rute su último disco, “Tejiendo lunas”

Laura Vital- Próxima actuación en la Peña Flamenca de Rute

No es la primera vez que la cantaora Laura Vital viene a Rute. De hecho, en una de esas ocasiones fue por la misma razón que visita de nuevo la Peña Flamenca este primer sábado de agosto a las nueve y media de la noche. Es la fecha elegida para ese homenaje al emigrante que se tributa cada año. Rute es uno de esos pueblos andaluces que vieron cómo muchos de sus vecinos marchaban a otras tierras en busca de una vida mejor. Aunque dejaron atrás sus raíces, nunca las olvidaron. Por eso, vuelven en estos meses vacacionales y su pueblo natal los recibe con la música más autóctona.

  • En su disco “Tejiendo lunas”, Laura Vital defiende la libertad creativa del flamenco y su capacidad como herramienta de transformación social

Laura Vital conoce esa realidad desde su Sanlúcar de Barrameda natal. Sus propios padres tuvieron que emigrar en su día al norte. Como artista, sabe que el flamenco es otra forma de unirse a la tierra, a Andalucía. Además, reitera su condición de música ecléctica. En su caso, no es un brindis al sol. Predica con el ejemplo en su último disco, “Tejiendo lunas”, que presenta en Rute. Los once cortes que lo conforman se pueden escuchar de forma gratuita en su página web. Entiende que los discos son “una cajita” donde se guarda el alma del artista, que puede servir “de escaparate” para el público se acerque a ese cante antes de disfrutarlo en plenitud en directo.

Con ese título rinde homenaje a todo un abanderado de la causa, Enrique Morente. Como recuerda, el granadino siempre defendió “la libertad creativa” del cante. Ella también reivindica esa libertad en una doble vertiente artística y social. En el primer caso, apuesta por el hermanamiento con otros sonidos. Al mismo tiempo, reclama su papel de portavoz de la realidad de las clases más humildes y el potencial que tiene el flamenco como herramienta de transformación social.

Coincide con el maestro del Albayzín en que no es igual el purismo que el puritanismo. Desde “el respeto y el conocimiento”, se siente deudora del cante clásico, sin por ello dejar de hermanarlo con otras músicas, como la romaní, la griega o la árabe. Fiel a esa doble premisa, “Tejiendo lunas” recorre los palos más jondos, como las malagueñas, la granaína o la soleá. Incluso rescata estilos casi perdidos como la zarabanda o la cantiña de la rosa, recreada por ella misma. En el otro extremo, cree que ese purismo acérrimo esconde “cierto desconocimiento” de quienes ignoran u olvidan que el flamenco es fruto de “la fusión de las músicas y culturas que han pasado por Andalucía”.

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