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Aunque se ubica en el colegio Blas Infante y el público principal es el escolar, se ha dotado de recursos como internet o impresora para la población adulta
Desde el pasado 17 de octubre ha reabierto la biblioteca del Colegio Público Rural (CPR) Blas Infante, en la sede de la aldea de Llanos de Don Juan. El servicio vuelve a estar operativo, tras un periodo de cierre, pero ampliándolo a toda la aldea. Según precisa el alcalde pedáneo, Iván Pérez, aunque la biblioteca está enfocada a los menores, “como actividad extraescolar”, la idea es “abrirla al pueblo en general”. De hecho, funciona en horario de tarde, de cuatro a seis, de lunes a viernes. Durante ese intervalo, cualquiera puede ir a consultar un libro o llevárselo en préstamo a casa. También hay conexión a internet para efectuar alguna consulta y hasta impresora por si alguien necesita algún documento físico.
- Se pretende que, poco a poco, en Los Llanos cuaje el hábito de acudir con frecuencia a la biblioteca, como ya ocurre en Zambra
Pérez confía en que, poco a poco, en Los Llanos cuaje “el hábito” de acudir con frecuencia a la biblioteca, como ya ocurre en Zambra. Es el modelo a seguir, en cuanto a iniciativas y en lo referente a títulos, que se compartirán con los de la Biblioteca Municipal del casco urbano. En este sentido, insiste en que Rute y sus diseminados funcionen “como un todo”. No se trata de que los vecinos de Llanos o Zambra vayan a Rute a buscar servicios, sino incluirlos en las aldeas y “vitaminarlas”.
En la misma medida, se pretende dotar paulatinamente a la biblioteca de contenidos, más allá del mero hecho de acercarse a consultar, leer o hacer las tareas escolares. Seguirán primando las propuestas de dinamización para los menores. Pero también se pretende que para las personas mayores esta dependencia dentro del colegio suponga “un primer contacto con las nuevas tecnologías”.
De coordinar todos estos servicios se encarga la dinamizadora María Arroyo. Coincide con el alcalde pedáneo en que tienen en la labor de Nuria Matas en Zambra un referente. A partir de ahí, pretende trabajar en dos direcciones. Por un lado, no quiere que los menores perciban la biblioteca como una extensión de las tareas escolares, sino plantearles propuestas ligadas a fechas señaladas, como la inminente celebración del Día de Todos los Santos y Halloween. A su vez, los pequeños llevarían a casa la filosofía de que disponen de “un recurso” abierto a todo el mundo.