La Banda Municipal cambia las marchas procesionales por los pasodobles

  • Su “Concierto de primavera: antología del pasodoble” ofreció una muestra de los muchos estilos que engloba este popular género

  • La mitad del repertorio fue de estrenos, incluida una pieza del director Miguel Herrero

Banda de Música
Como antesala de los conciertos de verano al aire libre, la Plaza de la Música acogió esta actuación temática

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Con los ecos aún recientes de las marchas procesionales de Semana Santa, la Banda Municipal cambiaba de tercio en la tarde del sábado 16 de abril. El habitual símil del lenguaje de la tauromaquia sirve para explicar el género dominante en su “Concierto de primavera: antología del pasodoble”. Lo ofrecieron en la Plaza de la Música, un espacio al aire libre que invitaba al auditorio más por su nombre que por las condiciones meteorológicas. Pese a lo intempestivo de la jornada, lo que se espera a partir de ahora es justo lo contrario, tardes más largas y la apetencia de salir a escuchar conciertos en espacios abiertos. La tarde, en efecto, no hacía honor a su condición primaveral, con un viento desapacible e incómodo.

  • Es el tipo de música más frecuente en la banda y no suele faltar en la mayoría de sus actuaciones
  • Para el director, el pasodoble resulta un género agradable para todos los públicos por su alegría y su ritmo

Pero a la Banda Municipal le sucede como a los dos citados géneros, las marchas y los pasodobles, que son un seguro. No en vano, según su director, Miguel Herrero, el pasodoble se interpreta “todo el año, en los pasacalles, los conciertos de verano, Santa Cecilia o el día de Andalucía”. No es de extrañar que concluya que es el tipo de música más frecuente en la banda. Tampoco falta nunca en el ciclo de conciertos estivales que ofrecen en distintos rincones de Rute. Por lo que se refiere al repertorio, la mitad estuvo conformado de estrenos, incluida una pieza del propio Herrero, el pasodoble “Iznájar, castillo de luz”. Lo compuso para la banda de la vecina localidad, con motivo de su veinticinco aniversario.

Del resto, señaló que cuando es de un autor tan consagrado como Martín Alonso Pérez, se da por hecho que el pasodoble, aunque no se conozca en exceso, “es bueno”. Por otra parte, aunque se tiende a hablar de un solo estilo, el director recuerda que hay “infinidad de corrientes”. Eso sí, todos tienen algo en común, “la alegría”. Ello viene marcado por aspectos técnicos como un compás binario y un ritmo de “entre cien y ciento veinte pulsos por minuto”. En definitiva, cuenta con “una serie de ingredientes que hacen que sea una música agradable para todos”.

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