La amenaza de lluvia marca la fiesta de San Marcos en Rute

  • Con la anunciada probabilidad de precipitaciones, fueron pocos los vecinos que se animaron a salir al campo

Lugares como Fuente Alta estuvieron prácticamente vacíos

No llegó, pero se la esperó. La lluvia ha marcado la festividad de San Marcos de este año, pese a que no hizo acto de presencia hasta la madrugada del miércoles 25 al jueves 26 de abril. Sin embargo, la predicción meteorológica, que apuntaba hacia una jornada lluviosa, sumada a las precipitaciones con las que arrancaba la semana, hizo que muchos vecinos de Rute se replanteasen la idea de salir al campo a disfrutar de esta fiesta. Como en otros pueblos de la zona, se celebra en honor al evangelista San Marcos, considerado como protector de las cosechas. Su figura es sacada en procesión en municipios como Cuevas de San Marcos (del que lógicamente el santo es patrón), con el objetivo de propiciar las lluvias para abastecer los terrenos con el agua necesaria para la vida. Irónicamente, fue esa misma lluvia la que impidió que la fiesta en su honor se celebrase con normalidad.

  • La imagen que deja la fiesta de este San Marcos contrasta fuertemente con la de años pasados
La lluvia no pudo con la ilusión de los más pequeños

La imagen que deja esta edición de la festividad de San Marcos contrasta fuertemente con la de años pasados. Si en 2017 el tiempo era primaveral e invitaba a los ruteños y ruteñas a dejar el pueblo y marchar al campo, este 25 de abril ha presentado un tiempo más propio del invierno. Por eso, fueron muchos los que prefirieron protegerse de la lluvia y quedarse en casa y celebrar San Marcos al calor del hogar. De esta forma, lugares como Fuente Alta, la Noria o el entorno del río La Hoz, tradicionalmente repletos de vecinos, este año han quedado casi vacíos. Sólo algunos valientes desafiaron a la lluvia (y visto con perspectiva, ganaron), y decidieron seguir las costumbres de su pueblo.

Quizás el lado más triste de esta jornada sea el de los más pequeños, que no pudieron disfrutar del día en el campo, ni de su acostumbradas meriendas. Pero si ellos no van a San Marcos, san Marcos irá a ellos. Muchos fueron los que, ante el miedo de sus padres a salir y acabar mojados por la lluvia, celebraron una peculiar versión de interior de esta festividad. Todo sea por no quitar la ilusión a los más pequeños.

 

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