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El escritor e historiador ha concedido una entrevista al programa de Radio Rute donde analiza los pormenores de su novela histórica “La ruta infinita”
El Imperdible – Entrevista a José Calvo Poyato
La primera entrega de octubre el programa “El imperdible” ha ofrecido una entrevista con José Calvo Poyato. El escritor e historiador egabrense ha presentado su último libro en este espacio de Radio Rute sobre el mundo de la cultura que conduce Clara Baum. Se trata de la novela histórica “La Ruta infinita”. Catedrático de Historia y doctor por la Universidad de Granada en Historia Moderna, el que fuera parlamentario andaluz es todo un apasionado de las letras. De hecho, como relata Baum, su afición a la lectura y la escritura le han convertido en un referente del género en nuestro país. Fruto de su interés por el pasado, ha investigado y novelado episodios de nuestra Historia como el final de la Casa de Austria o la llegada de los Borbones a España. Su trayectoria de cuatro décadas y diecisiete novelas le ha valido premios como el Juan Valera o el Juan Vernier de Historia. Es también miembro de la Real Academia de Córdoba.
- La aportación de la novela histórica es ir más allá de una información cuya esencia el lector conoce de antemano
“La ruta infinita” parte de la primera vuelta al mundo emprendida por Fernando de Magallanes, el marino portugués al servicio de España. Su muerte durante la travesía puso en primer plano al vasco Juan Sebastián Elcano, que desobedeció la orden de Carlos I de volver por el mismo lugar y optó por la alternativa de lo que luego se denominaría el océano Pacífico. Ahora que se cumplen quinientos años de ese pasaje, Calvo Poyato adentra al lector en la Lisboa de los grandes descubridores o la Sevilla de la Casa de la Contratación. También desvela las dificultades de aquella expedición, desde amenazas para que no se llevara a cabo a motines, traiciones y hambre.
El autor profundiza en esos contenidos porque entiende que la aportación de la novela histórica es ir más allá de una información cuya esencia el lector conoce de antemano. El territorio de la ficción en la novela histórica ha de limitarse a “reconstruir los diálogos” y poco más. Hay que imaginarlos “pero no se pueden falsear”. También debe cubrir los huecos que la Historia desconoce. Como ejemplo, cita los cuarenta días que permaneció la flota en Sanlúcar de Barrameda tras haber partido de Sevilla el 10 de agosto de 1519. No se sabe qué ocurrió en esas semanas y el novelista “puede dejar correr la imaginación”, sin alterar por ello el acontecimiento histórico. Lo que no se puede cambiar es el hecho de que salieron cinco barcos “y regresó sólo uno”.
