Francisco David Ruiz rindió homenaje a la gente trabajadora de Rute en un poético pregón a la Virgen del Carmen

Tras el pregón tuvo lugar la coronación de la reina de las fiestas

Tras el pregón tuvo lugar la coronación de la reina de las fiestas

Los días centrales de las Fiestas Patronales de Rute tuvieron su punto álgido en las jornadas del 14 y el 15 de agosto. En la calurosísima noche del viernes 14 se celebró el pregón y la coronación; un pregón que se llevó a cabo en la abarrotada iglesia de Santa Catalina. Como preámbulo, se estrenó la marcha compuesta por el joven Antonio González Écija. Se trata de una adaptación de su “Regina Coelli”. La ha convertido en una marcha “alegre y triunfal, como son los 15 de agosto en nuestro pueblo”. Con un guiño al himno compuesto por José María Pemán, ha titulado la adaptación “Reina entre olivares”. El director de la Banda Municipal, Miguel Herrero, cedió la batuta al joven autor, quien guió las notas de su partitura en el estreno.

En cuanto al pregón, en esta ocasión corrió a cargo del joven Francisco David Ruiz. De la presentación se ocupó su compañero de carrera, revista literaria y asociación, Antonio José Gómez. Pero ante todo su amigo. Se lo había pedido como un favor, aunque Gómez aseguró que desde el primer momento se había sentido “honrado y agradecido”, por hacerlo partícipe de algo “tan grande y al mismo tiempo tan íntimo”. De esa amistad ha nacido una unión aún más profunda, “la complicidad”. El presentador recordó la circunstancia de que este año los encargados de pregonar y exaltar nuestras tradiciones sean personas muy jóvenes. Más que una casualidad, cree que es un indicio de que “los sentires nuevos no son tan contrarios a los de siempre, y que la esencia, lo que debe mantenerse, lo que hay de bueno en las cosas que hacemos, no cambia con los tiempos ni las generaciones”.

A continuación, Gómez compendió la carrera académica y literaria del pregonero. Dada su juventud, aventuró que estos méritos son “apenas una promesa de lo que está por llegar”. Pero quiso ir más allá de su biografía, “porque lo importante no son las cosas que hacemos sino las cosas que somos”. Y para el presentador, Francisco David es una persona de las que van quedando pocas. No sólo tiene la virtud de encontrar la palabra adecuada, “eso es fácil para alguien que escribe”. La virtud está en que, en una sociedad donde nos callamos tantas cosas, “él nunca se guarda las que quiere cuando las siente ni espera a ocasiones especiales para darlas”.

Así llegó el turno de que Francisco David subiera al atril. Su pregón fue poético, original y fresco en muchos aspectos. De entrada, porque no se ciñó a la mera oratoria. Se hizo acompañar de un trío musical formado por el propio Antonio González, a la guitarra; la zambreña Carmen María Carvajal, al piano; y la mezzosoprano granadina Adriana Granados, a la voz. Entre los tres fueron intercalando un repertorio heterogéneo, pero no casual. Las piezas elegidas se fundían con el texto del pregonero.

Haciendo honor a su condición de filólogo y lector voraz, su discurso estuvo salpicado de referencias literarias: desde Ángel González o Manuel Machado al “Génesis” (o “El paraíso perdido”, de John Milton). Así convirtió el nacimiento de Rute en una parábola de la creación del mundo. Tras esa breve introducción y los pertinentes saludos, Ruiz apeló a los cinco sentidos. Por cada uno de ellos, detalló, le entró desde pequeñito lo más hondo de Rute, sus costumbres, tradiciones y señas de identidad. Esos mismos sentidos que le permitieron observar la perfección escultórica de la Virgen del Carmen.

Y con esa mirada quiso hablarle de la gente que ha hecho la historia de Rute. No la de los grandes nombres, sino algo más cercano a lo que Unamuno llamó la “intrahistoria”. Ruiz quiso tener presentes a los “grandes albañiles, grandes encaladores, grandes aceituneros, grandes barberos, grandes panaderos, grandes comerciantes…y un larguísimo etcétera” que ha levantado Rute a lo largo del tiempo. Porque, como bien recordó, “un pueblo no se hace solamente de literatura y política, que también y es muy importante, ojo. Pero un pueblo se construye con las manos. Un pueblo se levanta con sudor. No debemos olvidarlos nunca. Grandes hombres de a pie”. Con toda justicia, se siente hijo de todos esos antepasados, “grandes manos y grandes corazones”.

Entre esa gente corriente que ha hecho historia, Ruiz se refirió a cuatro mujeres claves en su vida, acercándolas al aspecto femenino y materno de la Virgen. Porque el pregonero extrajo el perfil más humano de la patrona. Esas cuatro mujeres son su abuela, la primera que siempre lee sus relatos, su madre y sus dos hermanas. Con ese trazo humano, con lo que de nosotros, personas, hay en la Virgen, terminó pidiendo a los ruteños y ruteñas que la acompañaran en el día de su procesión “como un pueblo unido”.

Una vez terminado el pregón en Santa Catalina, la comitiva se trasladó hasta el Paseo Francisco Salto. Allí se celebró otro acto emblemático de estas fiestas, la coronación de Ana del Águila Díaz como reina de este año. Como es habitual, se encargó de imponerle la corona el alcalde de Rute, Francisco Javier Altamirano. A continuación, Díaz colocó las bandas correspondientes a su corte de damas de honor. Por último, el presidente de la archicofradía, Julián Repullo, entregó al pregonero y su presentador sendas placas de recuerdo. La velada concluyó con la cena de hermandad en el Parque Nuestra Señora del Carmen y la actuación musical de los Amigos de Gines en el remodelado teatro al aire libre Alcalde Pedro Flores.

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