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Fue fundador del emblemático grupo musical Los Caníbales, autor de numerosas agrupaciones de Carnaval, pintor y escritor, entre otras facetas artísticas
Ha fallecido a los 72 años Antonio José Gómez Morillo. La muerte lo sorprendió de forma repentina en la mañana de este primer sábado de marzo, con los ecos aún latentes de ese Carnaval por el que tanta pasión tenía. Aunque nacido en Lucena, residía en Rute desde los cuatro años. Por el pueblo que lo acogió sintió cariño y devoción hasta el punto de convertirse en un referente de la cultura local. Músico precoz, siendo aún un adolescente y tras un paso previo por la tuna, fundó el legendario grupo Los Caníbales con apenas 16 años. Fue la primera de las muchas incursiones musicales a lo largo de su carrera artística, pero con Los Caníbales paseó el nombre de Rute por escenarios, plazas y salas de media España.
- No sólo compuso melodías y letras para su murga, sino que escribió para otras agrupaciones infantiles, en una clara apuesta por garantizar el relevo generacional
Después, siguió formando parte de otras muchas formaciones, como la Orquesta Paraíso, el grupo Trópico de Cáncer, la Serenata Music Band o más recientemente el grupo Champán. En solitario desarrolló de forma esporádica su faceta de cantautor y, puesto que la música era una de sus mayores aficiones, hasta fue miembro de la desaparecida Coral Polifónica Maestro Miguel Borrego. Con una agrupación o con otra, siempre estuvo vinculado a la música. Su última actuación en vivo en su pueblo tuvo lugar en el Círculo de Rute, el pasado mes de febrero. Allí tocó con el trío Champán, que había formado con la cantante Asun Galisteo y su inseparable amigo desde la etapa de Los Caníbales Jorge Caballero.
Pero por encima de todo, Gómez Morillo será recordado como figura imprescindible del Carnaval. Tras las décadas silenciadas por la dictadura, contribuyó de forma decisiva a revitalizar una de las tradiciones culturales más arraigadas en el pueblo. Con “Los Califas” arrancaría una serie de agrupaciones con las que “la murga del Gordito”, como cariñosamente lo llamaban sus compañeros, dio solera al Carnaval de Rute. No sólo compuso melodías y letras para su murga, sino que escribió para otras agrupaciones infantiles, en una clara apuesta por garantizar el relevo generacional.
Al margen de la música, Antonio José volcó su afición al arte y la cultura en otras disciplinas. En pintura, alternó paisajes costumbristas del pueblo con otras etapas más experimentales. También se introdujo en el mundo de la literatura, participando en distintos certámenes, tanto de narrativa como de poesía. De igual modo, colaboraba con la asociación Artefacto, que preside su hijo Antonio José Gómez Cruz, tanto en las diversas actividades que organizan como en la web serie Peligrosa Mente. Esa amplia vocación artística, así como su inmensa aportación a la cultura local, fue reconocida con el Premio Villa de Rute en el año 2015. Aquel 28 de febrero recibió un doble homenaje. La chirigota de la que forma parte su otro hijo, Rafa, que tanto éxito ha cosechado después, le tributó un homenaje por su impagable contribución al Carnaval.
Con su pérdida, se va un hombre que no había nacido en Rute, pero que vivió en Rute y quiso a Rute hasta las trancas, como él mismo habría dicho, en esa mezcla que tan bien dominaba del lenguaje culto y popular. Antonio José será enterrado este primer domingo de marzo en Santa Catalina, a las once de la mañana. Familiares y amigos podrán dar su último adiós a una persona vinculada para siempre a la cultura local.
