El restaurante El Vado de Rute ha sido galardonado con los premios nacionales Platos de Oro 2011

Este premio supone una inyección de  ilusión para seguir adelante

Este premio supone una inyección de ilusión para seguir adelante

Los premios nacionales Platos de Oro 2011 han salido de Madrid por segunda vez en sus veintiséis años de historia para recalar en Córdoba y reconocer el peso de su cocina en la gastronomía del país. Los galardones impulsados por Radio Turismo fueron entregados en el Círculo de la Amistad, en la noche del 4 de octubre, a trece restaurantes y cinco entidades de la provincia que sobresalen por promocionar la tierra a través de sus productos agroalimentarios y la calidad de sus fogones. Uno de los premios ha recaído en Rute. En concreto los establecimientos distinguidos en esta edición han sido Bodegas Campos, Casa Palacio Bandolero, Puerta Sevilla, Los Marqueses, la Taberna San Miguel, El Choco, Círculo de la Amistad y los restaurantes de Asadores de Córdoba. Además, han recibido este premio en la provincia el Mesón El Tomate (Bujalance), la Alcazaba de las Torres (Cañete), el asador Monte de Aras (Lucena), Las Camachas (Montilla) y Restaurante El Vado (Rute).

Los Platos de Oro también tienen el objetivo de reconocer la labor de las iniciativas de promoción que contribuyen a difundir la riqueza gastronómica. En este apartado han condecorado al Patronato de Turismo, Hostecor, la Escuela de Hostelería, la Cofradía del Salmorejo y el Aula del Vino. En la gala se contó con la presencia de famosos, artistas y periodistas, y con más de veinte grandes maestros de la gastronomía. Algunos de ellos cuentan con estrellas Michelín, como es el caso de Francisco Roncero y Salvador Gallego. Para el gerente del Patronato de Turismo, Antonio Ramos, estos reconocimientos “suponen situarnos en el centro de la gastronomía española”.

Uno de los galardonados fue Restaurante El Vado. Manuel García lo fundó en el año 1994. Con anterioridad  regentaba en Rute, desde 1979, el Salón Toledo, para la celebración de eventos y bodas. Por tanto, treinta y dos años avalan a una persona que  ha dedicado buena parte de su vida al mundo de la restauración. Junto al Restaurante el Vado, Manuel García creó el Salón Atocha en el año 2000. García se siente “muy orgulloso y satisfecho” con el premio. Según comenta, es algo que no esperaban. De hecho, en principio, cuando se lo comunicaron por teléfono, pensó que se trataba de una broma.

El Chamberlain responsable en Córdoba, Francisco Mulero, fue el encargado de visitar los diferentes restaurantes y de probar los platos por los que han sido merecedores del premio. En concreto, en el Restaurante El Vado, el Chamberlain quedó seducido por un plato de cochinillo y unas tostas de queso. Son algunas de las especialidades que ofrece este restaurante ruteño junto a una amplia carta de carnes a la brasa, migas y postres innovadores y muy variados. Además, cuentan con una extraordinaria bodega, donde se conserva el vino a una temperatura de 18 grados, tanto en invierno como en verano, y siempre con las mismas calidades, según apunta García.

El premio ha llegado en un momento en el que Manuel García ya está jubilado. No obstante, sus hijos han cogido el testigo. Y se alegra especialmente por ellos. García afirma que el oficio de la restauración es “muy sacrificado”. Por eso, este premio supone “una inyección de ilusión” para seguir adelante. Además, hoy ha tocado un premio pero hay de todo, pues dice que “al que hace y amasa de todo le pasa”. En este sentido, asegura que es algo que siempre ha intentado enseñar a sus hijos, dado que para que el negocio funcione hay que “saber estar, para lo bueno y para lo malo”. Ahora, su hijo Pascual es el cocinero y los postres corren de manos de “las Teresas”, su mujer e hija. Otro de sus hijos es el Metre.

Todos son necesarios, pero reconoce que un buen cocinero es fundamental. En el caso de Pascual, asegura que sabe dar “un toque especial en la cocina”. Según García, por El Vado han pasado muchos cocineros, algunos para enseñar y  otros para aprender. Es el caso de uno, recuerda, que en la casa aprendió a hacer fresas agridulces y ahora es uno de los postres de más éxito del restaurante en el que trabaja. Por último, Manuel García se ha referido al trabajo que se ha hecho en Rute de cara al turismo. En este aspecto, dice que es como si les hubiese tocado la lotería. Considera que se debe saber explotar y que turismo y gastronomía deben ir de la mano, pero siempre ofreciendo calidad. Por eso, ha pedido a los gastrónomos del municipio que trabajen por conseguir sus clientes por la calidad. El precio también debe acompañar, pero la calidad de lo que se ofrece es aún más importante.

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