El entorno de Rute sirve de escenario para un simulacro de rescate para alumnos de Cruz Roja y el Cuerpo de Bomberos

Zona escarpada elegida para el simulacro

Zona escarpada elegida para el simulacro

El paraje de la Rosa Alta acogió en la mañana del 18 de abril un simulacro de rescate en entorno natural. La operación contó con la participación de miembros del Consorcio Provincial de Extinción de Incendios y de Cruz Roja. Se había elegido esta zona escarpada de Rute, con objeto de que los practicantes puedan enfrentarse a cualquier caso real de dificultad extrema. Luego llegó el añadido de la lluvia. que hizo que el desarrollo tuviera que hacerse “sobre la marcha”. Así lo apuntó José Sánchez, presidente de A-K2. El agua afectó no afectó a las prácticas en sí, sino “al modo de llevarlas a cabo”. Está claro que existe mayor riesgo porque el terreno se vuelve resbaladizo, pero además las cuerdas son más deslizantes.

Entre los supuestos prácticos que se realizaron estuvo el rescate con camilla-nido a través de tirolina, simulando la profundidad de un cañón. A pesar de que acudieron muchos integrantes de Cruz Roja y el Cuerpo de Bomberos, Sánchez matizó que, en un rescate real, el número de efectivos necesarios variará “según el caso”. Para Marisol Moreno, responsable provincial de formación de Cruz Roja, lo importante es que se recreen situaciones “lo más realistas posibles”. De hecho, además de los simulacros, Marisol Moreno señaló que los cursos que se realizan son de carácter práctico “casi en un 80%”.

Lejos de lamentarse por el día desapacible, la responsable de Cruz Roja recordó que cuando se produzca una situación real “va a dar igual que esté lloviendo o nevando”. Otro aspecto reseñable es que los alumnos se dividen en grupos “muy reducidos”, normalmente bajo la tutoría de miembros del Cuerpo de Bomberos. En este sentido, Moreno insistió en que, tan importante como saber realizar las tareas de rescate, es “la labor de coordinación” de todas las entidades que intervienen.

Idéntica opinión defiende Rafael Salinas, jefe de turno del Servicio de Bomberos de Lucena. También coincide en que la lluvia influye en estas prácticas, porque los anclajes de seguridad “se debilitan”, pero a la vez es consciente de que deben estar “acostumbrados a todo tipo de condiciones climatológicas”.

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