El Club Baloncesto Rute estrena una sección femenina infantil para competir en la categoría provincial federada

Las ruteñas tuvieron un duro debut ante  Addipacor de la capital, aunque en el tramo final del partido llegaron a  plantarles cara

Las ruteñas tuvieron un duro debut ante Addipacor de la capital, aunque en el tramo final del partido llegaron a plantarles cara

El domingo, 10 de noviembre, se registraba otro pequeño, pero importante, paso en el deporte local. Por primera vez en su historia, Rute cuenta con un equipo femenino de baloncesto en competición federada. El Club Baloncesto Rute ha estrenado esta sección infantil en categoría provincial a raíz del interés mostrado por un grupo de chicas. Según explica el que ahora es su entrenador, Antonio Henares, fueron las propias muchachas quienes el pasado verano se dirigieron a él con la propuesta. Asegura que desde un primer momento se les vio “muy ilusionadas y con muchas ganas”. Por eso, Henares, un “veterano” en este deporte, como él mismo se define, vio que había llegado la hora de poner fin a una sequía de diez años sin equipos federados. Cierto es que el Club Baloncesto Rute como tal nunca ha llegado a disolverse de forma oficial. Basta con acercarse al Pabellón Gregorio Piedra u observar la participación en los torneos locales 3×3 para comprobar que la afición nunca se ha perdido. Pero son “pachangas” entre amigos para matar el gusanillo y pasar el rato. Se echaba en falta un equipo en competición.

Las chicas no son las únicas entusiasmadas. El entrenador no oculta que le han hecho “rejuvenecer”. Y por lo que apunta, la iniciativa es contagiosa. De camino viene otro grupo en categoría cadete. De hecho, está constituido, aunque este año ya no podrá entrar en competición. Por eso, Henares confía en que el proyecto no sea flor de un día. De momento, el equipo infantil sí es una realidad en competición federada. Lo integran ocho chicas: Ana Belén Ruiz Ramírez, María Trinidad Sánchez Repiso, Ángela Fernández Serrano, Nuria Vadillo Hoyo, María Trujillo Arcos, Alba Ruiz Caballero, Isabel Roldán Serrano y Josefina Ramírez Ramírez. En general, son todas bastante altas para su edad. Pese a ello, empiezan a clarificar en qué puesto va a jugar cada una. María Trujillo recuerda que al principio se confundían con las demarcaciones, pero se han ido definiendo en los entrenamientos en función de las características de cada jugadora. Con todo, el entrenador no es partidario de “encajonarlas”. No se sabe cuánto van a crecer y prefiere que sepan moverse en varias demarcaciones y aprendan conceptos. Para la especialización “ya vendrán las categorías superiores”. A este grupo inicial se han acaban de sumar otras dos. Pero su incorporación es tan reciente que necesitarán un mínimo de entrenamientos para coger la forma antes de jugar partidos. En total, incluyendo a las cadetes, la cifra supera la veintena. También hay un grupo de chicos, “pero es más dispar” y pertenecerían a categorías muy diversas.

Además, sentencia, estamos “en la provincia de más nivel de Andalucía”. Valga como ejemplo que el año pasado la Selección cordobesa infantil femenina quedó tercera de España “y la de minibasket, que este año pasan a infantil, quedó campeona”. Por tanto, partiendo de este paso importante que supone el debut, queda mucho por andar. Lo importante, según Henares, es que hay “materia prima”. Desde luego, hay altura física y está convencido de que en años sucesivos se subirá el nivel. En su primer contacto con la competición, les esperan encuentros difíciles, que se saldarán a menudo con derrotas. Y en ocasiones abultadas, como la del estreno (20-64) ante Addipacor, de la capital, una buena piedra de toque para hacerse una idea del nivel que, en efecto, hay en la provincia. Aun así, el comportamiento del público fue ejemplar. Fue muy interesante ver la cantidad de seguidores que se acercó al pabellón. Aunque muchos fueran familiares de estas chicas, lo importante es que no dejaron de animar y, pese a la derrota, aplaudir cada canasta local como si fuera la de la victoria. Ni Henares ni sus chicas pasaron por alto este detalle.

El técnico ya les ha avisado de que esto ocurrirá “muchas veces”. Son chicas “que empezaron a jugar con cinco o seis años”, frente a las ruteñas, que arrancaron hace un par de meses sin que ninguna de ellas hubiera tenido antes contacto con el baloncesto. De entrada, necesitan coger un mínimo de experiencia. Se vio en este primer partido, donde Henares es consciente de que sus pupilas pecaron de “pardillas”. No hay más que comparar los abultados parciales de los dos primeros cuartos con el último, cuando las ruteñas soltaron complejos y se codearon en el marcador con las cordobesas. ¿Es un mensaje derrotista? En absoluto. Una cosa es pagar esa especie de “peaje” hasta que las niñas adquieran el rodaje de la competición, y otra muy distinta bajar los brazos o ver sólo la parte negativa.

Son plazos que habrá que ir cumpliendo: formar equipo, aprender a competir, ganar de vez en cuando algún partido y que en un año esas victorias sean cada vez más frecuentes hasta asentarse en la categoría. Es más, está convencido de que la evolución se notará muy pronto. Las chicas lo ven así también. Al término del primer encuentro, Mari Trini Sánchez y María Trujillo afirmaban que lo habían pasado muy bien, pero sobre todo mostraban su deseo de “seguir jugando y mejorar”. Aseguran que están aprendiendo mucho y se sienten “motivadas” con su entrenador. Éste no descansa en esa faceta ni en los partidos. Reconoce que le sale su vena más hiperactiva, aunque en ningún caso se le ocurre gritarles o regañarles de malos modos. Por encima de la práctica deportiva, no pierde de vista que son niñas y quienes trabajan con gente de estas edades ha de ejercer “ante todo un papel de educadores”. Su pupila Mari Trini tiene claro que el objetivo es “pasarlo bien practicando deporte”.

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