Editorial Octubre 2023

Octubre ha sido un mes en el que ha continuado latente la problemática existente con la consulta de Pediatría. No es la primera vez que nos ocupa este asunto. Hace más de dos años y medio, las madres se manifestaron porque la consulta para sus hijos no estaba cubierta. Hace seis meses fue el personal sanitario del Centro de Salud quienes denunciaban la saturación de los médicos de familia por tener que atender los cupos de Pediatría. En todo este tiempo, el Centro de Salud de Rute no ha tenido un especialista a tiempo completo, todos los días de la semana, como venía ocurriendo desde hacía décadas. En ambos casos, la delegada provincial de Salud, María Jesús Botella, ha dado la cara y ha explicado los motivos: la falta de especialistas o la dificultad para cubrir los puestos de los centros rurales. Tras su última visita a Rute sólo queda que la consulta de Pediatría funcione, de forma ininterrumpida. De no ser así, las manifestaciones volverán y en esta ocasión será difícil ofrecer ningún tipo de explicación.
También en octubre, el equipo de Gobierno, con David Ruiz a la cabeza, ha dado marcha atrás respecto al cierre al tráfico rodado en la calle Duquesa durante los fines de semana. Fue una medida que unos aplaudieron y otros criticaron. Por ahora, como dice el refrán, “es de sabios es rectificar”. No obstante, cualquier otra decisión futura al respecto ha de ser tomada de forma deliberada y con mayor estudio y determinación. Igualmente, de no ser así, los vecinos y vecinas no serán tan comprensibles con los cambios de decisiones poco reflexionados.
Por lo demás, Rute afronta una nueva campaña de Navidad, con las empresas del sector agroalimentario a pleno rendimiento. Han pasado treinta años desde que se fundó el primer museo temático de la localidad. Fue el Museo del Anís, con Anselmo Córdoba al frente, perteneciente a la familia que fundó en 1908 Destilerías Duende. En la actualidad otras tres destilerías mantienen la tradición anisera en Rute. Sin duda, una de ellas es Machaquito. Es la marca que da nombre a uno de anises más afamados de nuestra tierra. En este caso estamos ante una fábrica de aguardiente que fue creada en 1860. Por tanto, son ya cinco las generaciones de la familia Reyes, comenzando por el tatarabuelo Rafael Reyes, los que han logrado sacar a flote esta empresa. Algo parecido ha ocurrido con la saga de la familia Raza o Altamirano, las otras dos marcas ruteñas de las que podemos presumir en esta villa de la subbética cordobesa. Ambas también han sabido pasar el testigo de generación en generación.
Evidentemente, Rute ha dejado de ser ese pueblo que en los años treinta contaba con más setenta destilerías. En esos años podíamos recorrer calles enteras, desde el Paseo del Fresno hasta la calle Del Agua, y comprobar cómo se sucedían una tras otra. Todas estas fábricas estaban ubicadas en lugares donde había veneros, en sitios donde fácilmente podían conseguir agua, ese líquido tan esencial para la vida y tan necesario para poder llevar a cabo el proceso de la destilación. Desafortunadamente, la inmensa mayoría de esas fábricas no lograron llegar hasta nuestros días. Eran otros tiempos. Sin embargo, en la actualidad Rute puede presumir de contar con varias de estas firmas, que siguen siendo estandarte de calidad y buen hacer. Cada una de las casas mencionadas, cada marca, nos ofrece una amplia variedad de anís dulce o seco, licores o bebidas adaptadas a los nuevos consumos. Cada una de estas destilerías contribuye a mantener viva la esencia de un producto genuino, “muy ruteño”, elaborado de forma tradicional.
Junto a las destilerías, como bien saben nuestros vecinos y vecinas, Rute cuenta con varios obradores de dulces de navidad. Las familias Garrido y la de los Galleros han sido desde mediados del siglo pasado los maestros pasteleros de nuestro pueblo. La Flor de Rute, Galleros Artesanos o Productos Garrido son las marcas más conocidas por excelencia. También en las últimas décadas han contribuido con el turismo. Lo han hecho con la creación del Belén de Chocolate más grande del mundo, este año dedicado a recrear monumentos y rincones de todo el planeta; el Museo del Azúcar, con figuras en azúcar a tamaño real como la duquesa de Alba, o representaciones de los monumentos más significativos de Andalucía; o el Museo del Turrón, con el castillo de Harry Potter en merengue. Son visitas que resultan sabrosas y que llenan de ilusión y fantasía a quienes nos visitan en estas fechas.
Y es que, en estos meses Rute se convierte en una auténtica feria navideña, con numerosos museos o espacios tematizados. Así, a los relacionados con los anises o dulces de navidad se suman el Museo del Jamón o el de la Chacina, que ofrecen productos ruteños, igualmente alabados por ilustres y escritores destacados, como Miguel de Cervantes. Finalmente, nuestros laureados aceites, con marcas multipremiadas, completan la oferta gastronómica y turística de la que Rute hace gala.
Por todo ello, el mes de octubre ha sido la antesala de la campaña de Navidad, con un pasado día 12 doble o triplemente festivo. Fue una jornada en la que conmemorábamos el Día de la Hispanidad; el Día del Pilar, patrona de la Guardia Civil; y era la festividad en la que el Belén de Chocolate o los museos temáticos abrían sus puertas. Fue el primer fin de semana en el que a Rute comenzaron a llegar autobuses y visitantes de toda la provincia y del resto de Andalucía.
Para concluir, no se puede olvidar que octubre ha vuelto a ser el mes en el que los colectivos han reivindicado mayor visibilidad y comprensión de la enfermedad mental. También ha sido un mes de solidaridad y apoyo a los enfermos de cáncer de mama, mayoritariamente mujeres. Son muchas las ruteñas que lidian con la enfermedad de forma valiente y callada y que, en ocasiones, sienten que ya no pueden más. Por ellas deberíamos brindar esta Navidad y mostrarles nuestro afecto y cariño.

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