Editorial mayo 2024

El pago de impuestos sea de la índole que sea (directos o indirectos) o dependientes de una u otra administración siempre es un asunto que suscita suspicacias. La mayoría de los ciudadanos pueden coincidir en que esos impuestos son necesarios para mantener el Estado del Bienestar, la Sanidad y una Educación al alcance de cualquier persona independientemente de su posición social o económica. El debate se suscita cuando el ciudadano considera que dichos impuestos son utilizados para fines con los que puede estar menos de acuerdo, como puede ser el mantenimiento de determinadas estructuras administrativas; o cuando considera que esos impuestos no son acordes con la calidad del servicio que reciben. Sin embargo, la mayoría de los impuestos no son de competencia municipal. No obstante, no nos vamos a referir a los impuestos municipales, como pueden ser el Impuestos sobre Bienes Inmuebles (IBI), el Impuesto de Actividades Económicas (IAE) o el Impuesto de Vehículos de Tracción Mecánica (IVTM) sino a las tasas públicas
En ocasiones los impuestos se confunden con las tasas públicas. La diferencia entre uno y otros estriba en que los impuestos indirectos son un tributo que pagamos en función de nuestra capacidad económica. En cambio, la tasa pública es un tributo que se impone
para poder llevar a cabo un determinado servicio. En este caso lo que se paga por ese concepto está relacionado con el coste que supone prestar dicho servicio. En Rute, el malestar ciudadano y las discrepancias políticas entre el equipo de Gobierno y la oposición (PSOE e IU) se ha producido a raíz del 40,8% de incremento de la tasa de recogida de basura. En este sentido, el Ayuntamiento de Rute puede optar entre gestionar directamente ese servicio o delegarlo en otra administración, como puede ser la Diputación de Córdoba. Precisamente esto último es lo que ocurre en nuestro pueblo, desde hace más años. En Rute, dicha tasa la gestiona la empresa pública, Epremasa, dependiente de la entidad provincial, que es la encargada de la gestión de los residuos sólidos. El alcalde, David Ruiz, hizo unas declaraciones públicas en las que explicaba que la subida se debía a la mala situación económica en la que el anterior presidente de la Diputación, Antonio Ruiz, también exalcalde de Rute, había dejado dicha entidad pública. También David Ruiz dijo que el incremento no sólo se produce por parte de la Diputación sino por el sobrecoste impuesto por el Gobierno de la nación. Sin embargo, el actual portavoz socialista, Antonio Ruiz, en el último pleno municipal aportó datos que desmentían completamente al alcalde. Por tanto, ahora, David Ruiz, si no quiere ver mermada su credibilidad tendrá que rebatir esos datos. No obstante, más allá de los datos, los ruteños y ruteñas no comprenden que se haya producido una subida tan significativa y tan difícil de justificar. Pues, como también apuntó el portavoz socialista, de ser necesaria, se podría haber planteado de forma progresiva. Sin duda, fue uno de los asuntos más espinosos de un pleno municipal que no estuvo exento de polémica y que augura un mandato tenso. El equipo de Gobierno, el PP, tiene mayoría absoluta, y puede sacar adelante cualquier asunto. Sin embargo, esa ventaja podría volvérsele en contra si no la gestiona convenientemente.
Un año más marzo ha sido el mes de la mujer. Durante varias semanas se han estado llevando a cabo actos en torno al Día Internacional de la Mujer que se conmemoró el pasado 8 de marzo. Unas actividades con las que se ha buscado seguir sensibilizando y reivindicando la lucha contra la discriminación de la mujer en el ámbito laboral o social. Nunca está de más seguir luchando por una sociedad más respetuosa y que quiere avanzar en la senda del respeto mutuo entre hombres y mujeres. Un respecto que debe traducirse en que cualquier persona independientemente de su sexo pueda progresar y desarrollarse personal y profesionalmente como mejor considere. En esa senda de la igualdad, la independencia económica de la mujer es fundamental. Por eso, cualquier medida que fomente la conciliación entre la vida laboral y familiar es acertada y debe ser implementada. Es un asunto que nos compete a todos, máximo cuando los niveles de natalidad española son cada vez menores.
El mes de marzo ha concluido con una Semana Santa que no olvidaremos. Una Semana de Mayor marcada, como pocas, por las lluvias. En otras ocasiones alguna de las estaciones de Penitencia ha podido ser suspendida o verse condicionadas por las precipitaciones. Sin embargo, en la recién vivida semana de pasión tan sólo se han podido llevar a cabo tres procesiones. La primera que salió, la de la Borriquita, en la mañana del Domingo de Ramos, pudo realizar completamente su recorrido. También ha sido la procesión que presentaba más novedades. Por una parte, la talla de Jesús en su Entrada Triunfal en Jerusalén estrenaba túnica verde. Además, el trono de la Borriquita se ha visto reforzado con la incorporación de un niño hebreo. La otra estación de Penitencia que ha hecho su itinerario completo ha sido la del Santo Entierro, en la tarde del Viernes Santo. A excepción del Abuelito y la Soledad de Nuestra Señora, que limitó su estación de Penitencia a su barrio, el resto de imágenes titulares se han quedado en sus templos. Así ha transcurrido la Semana Santa en nuestro pueblo en este 2024. Por tanto, atrás han quedado meses de preparativos, esfuerzo y un trabajo que se ha quedado deslucido. Sin embargo, la necesidad de precipitaciones era tal que estas han aliviado en parte de ese descontento. Ahora, nos preparamos para vivir una primavera plena en la que vamos a poder disfrutar de nuestro entorno natural y de las fiestas de Gloria que están por llegar.

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