Un barco a la deriva

Como si de un barco a la deriva se tratara, sin rumbo y sin capitán, así es como puede definirse la situación actual del Ayuntamiento de Rute. El último ejemplo de esta realidad esperpéntica, lo hemos visto hace unas semanas, cuando tuvimos conocimiento de que Rute perdía la Escuela Taller para éste año. ¿La perdía porque en un proceso de libre concurrencia había proyectos mejores? NO. La perdía porque simple y directamente no había corregido los errores en el proyecto presentado, y por tanto, voluntariamente se autoexcluía del procedimiento. ¿Acaso ese Taller de Empleo no era necesario para nuestro municipio? ¿Acaso hay en nuestro pueblo una situación de pleno empleo y podemos permitirnos el lujo de perder oportunidades como ésta? Tristemente, ejemplos como éste pueden ponerse muchos, y son el plato del día en nuestro pueblo, y no se alcanza a comprender, cómo un municipio con un equipo de gobierno que cuenta con once ediles, de los que cuatro están expresamente dedicados a la gestión municipal, más un alcalde, más el correspondiente personal de confianza, pueden ocurrir éstas cosas. ¿En qué piensan los concejales del cogobierno municipal? ¿En qué ocupan su tiempo si no es en la gestión y en llevar a cabo importantes proyectos para que nuestro pueblo avance? ¿Alguien asume alguna responsabilidad o da alguna explicación? Nadie. Lo normal en cualquier organización es que quien está a la cabeza, del mismo modo que cuando hay buenas noticias presuma de resultados, cuando las noticias no son tan halagüeñas, debe admitir responsabilidades y dar las pertinentes explicaciones. Aquí, todo lo contrario, y con esa errónea concepción socialista de que el dinero público no es de nadie, podemos permitirnos el lujo de perderlo, tirarlo, o dilapidarlo sin importar en qué o cómo lo hagamos. Llegados a éste punto, tenemos que volver a preguntarnos, ¿En qué piensan los concejales del cogobierno municipal? Y es que a la vista de los resultados, más pudiera parecer que se encuentran a bordo del “Princesa del Pacífico”, disfrutando de unas buenas vacaciones pagadas e intentando conseguir buenas fotos en la mesa del capitán, como hace unos días en que podíamos ver cómo en lugar de trabajar, resolver problemas y atender al ciudadano, se permitían el lujo de desplazarse en una jornada laboral a hacerle palmas al capitán en un desayuno informativo en bonito hotel de la Ciudad de Córdoba, como si allí se resolvieran los problemas de nuestro pueblo, donde lo único que quedó claro es que para nuestro señor Alcalde, lo importante era seguir presidiendo la Diputación Provincial. Eso, y la Secretaría General del PSOE Cordobés. ¿Y nuestro pueblo? Pues nuestro pueblo funciona por inercia. Por inercia, y por el trabajo de los funcionarios y trabajadores municipales que por pura responsabilidad, intentan sacar adelante día a día y en la medida que pueden nuestro pueblo, pero sin que haya nadie que marque un rumbo fijo o unas directrices claras de trabajo porque simplemente ese alguien está a otras cosas.
Por otro lado, en pocos días viviremos nuestro carnaval, una de las fiestas más características de nuestra localidad. Queremos aprovechar éstas líneas para reconocer la labor de aquellos que vienen trabajando durante tantos meses para que no se pierda ese humor chirigotero y tan característico de la murga ruteña, y pediros a todos que disfrutéis y viváis estos días en la calle y mantengamos vivo ese espíritu tan arraigado en nuestro acerbo cultural que es la auténtica máscara ruteña y que hace que el carnaval de Rute sea tan conocido y reconocido. Feliz Carnaval.

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