Arranca la Semana Santa en Rute con sol y un tiempo casi estival en el Domingo de Ramos

De nuevo, uno de los momentos más esperados fue  la subida en paralelo de Jesús Amarrado a la Columna y la Virgen de la Sangre,  de vuelta a la ermita

De nuevo, uno de los momentos más esperados fue la subida en paralelo de Jesús Amarrado a la Columna y la Virgen de la Sangre, de vuelta a la ermita

Nada ha tenido que ver el arranque de la Semana Santa 2014 con el del año pasado. Pese a que se venían anunciando buenas previsiones meteorológicas, la influencia de la lluvia en la edición anterior fue tan nefasta que las cofradías de Pasión han recelado hasta última hora. Es comprensible si se recuerda la cantidad de procesiones que se quedaron sin salir entonces en Rute. De momento, esta vez no ha sido así. Tras el preámbulo del Vía Crucis del Cristo, que organiza la hermandad del Abuelito en el Viernes de Dolores, el Domingo de Ramos no sólo se presentó con un sol espléndido. Vino además acompañado de temperaturas más que primaverales, casi propias del verano. Por tanto, la cofradía de la Borriquita ha podido lucir los estrenos propios de esta ocasión y los que sólo se vieron en Santa Catalina el año pasado. Aunque esté más que ensayado, era ésta, pues, la primera vez que los costaleros, al menos ante el público, se veían en la tesitura de sacar el nuevo trono a la calle. Se trata de una creación de Juan José Macías, a partir de unos bocetos de Miguel Ángel Borrego.

El capataz de trono, Jaime Aguilera, y sus contraguías o ayudantes, José Miguel Ronda y Pedro de la Rosa Torres, debieron afinar la vista al máximo. Había que superar las estrechas puertas de Santa Catalina, tanto por los laterales como por la parte superior, con el olivo incorporado. Ya en la calle, se pudieron ver los estrenos de este mismo año: los ángeles del trono, la túnica del Cristo o la cruz de guía. Otro estreno, más que verse, se escuchó. La segunda marcha que interpretó la Agrupación Musical Santo Ángel Custodio era la que lleva por título “La puerta dorada”. Guiño a esa salida o no, ha sido compuesta por el jienense Cristóbal López, y está pensada expresamente para esta procesión, fruto de la buena sintonía entre agrupación y cofradía.

No es la única marcha que se ha creado para esta hermandad. También el ruteño Carlos Aguilera ha compuesto una para la otra imagen titular, Nuestra Señora de la Estrella. En cambio, la Virgen de la Estrella aún no sale en procesión. Según José Manuel Molina, es algo para lo que no se han marcado un plazo concreto. Por tanto, habrá que estar pendientes para cuando la Banda Municipal la interprete en otro recorrido. Con los sones de “La puerta dorada”, la imagen de la Borriquita se acercó a la entrada de la residencia Juan Crisóstomo Mangas, para que los mayores residentes, que se habían asomado, pudieran contemplarla de cerca. Después, la procesión hizo el resto de su recorrido habitual con calor, con mucho calor, y con el recuerdo, a través de un crespón negro, para el abuelo de uno de los costaleros, fallecido recientemente.

También llevaban crespón negro los tronos de Jesús Amarrado a la Columna y la Virgen de la Sangre, en la salida vespertina. En este caso, eran por la memoria de José Algar, miembro en su día de la junta de Gobierno, y María Guerrero, camarera de la Virgen durante muchos años. Aparte de esta nota luctuosa, el Cristo estrenaba sudario blanco de tela natural con fleco en oro. Ha sido el regalo de los hermanos mayores, Vicente Molina y Rafi Jiménez. Por su parte, José María García y Paqui Molina han regalado a la Virgen los encajes y el tocado que estrenaba. Durante el recorrido, se contó con el acompañamiento musical de dos bandas de la provincia de Jaén: la Banda de Cornetas y Tambores Virgen de las Angustias, de Porcuna, para el Cristo, y la Banda de Música Pedro Morales de Lopera, para la Virgen.

Ha sido además ésta la primera ocasión en que se ha podido valorar plenamente la idea que tuvo la cofradía en 2013 de adelantar el horario de salida, a las seis de la tarde. Según explicó el presidente Francisco Jesús García, la intención era que la gente que saliera a la calle por la mañana a ver la Borriquita, tras el almuerzo, pudiera enlazar con la salida de Jesús Amarrado a la Columna y la Virgen de la Sangre. Sin embargo, reconocía que el año pasado, al menos en los primeros compases, se estuvo más pendiente de que pudiera llover. Ha sido ahora cuando se ha confirmado el acierto de la iniciativa, cuando se ha podido ver las dos imágenes iluminadas con el sol de la tarde. Este adelanto permite a su vez que la procesión se encierre antes, sobre las once y media de la noche. El horario, puesto que el lunes es día laborable, anima a más gente a acercarse al tramo final.

Es entonces cuando se vive uno de los momentos más intensos, con la subida de las dos imágenes en paralelo hacia su ermita, por la calle Virgen de la Sangre. Se apaga el alumbrado público y la calle se queda con la única iluminación de las antorchas. Tanto al llegar la Virgen a la calle que lleva su nombre como justo antes de que entre en la ermita, suena la marcha “Reina de la Vera Cruz”, de José León Alacont. Entre medias, durante la subida en paralelo, la junta de Gobierno decidió incorporar el año pasado una marcha con la idea de que sea ésta la que se interprete siempre en ese tramo, al margen de qué banda acompañe. “Mi amargura” es una creación del joven granadino Víctor Manuel Ferrer. En apenas unos años se ha convertido en una de las piezas que más suenan en la Semana Santa andaluza. Sus aproximadamente siete minutos y medio de duración cuadran con la subida por la calle y dotan de mayor emotividad si cabe a este momento. Por tanto, no sería de extrañar que en el futuro la idea de la actual junta de Gobierno se consolide como otra seña de identidad de esta estación de penitencia.

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