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Con 57 años, Juan Tirado ha trabajado toda su vida en la construcción, pero en los últimos años ha sufrido la llamada “crisis del ladrillo”
Juan Tirado Caballero tiene 57 años y es una de las muchas personas de Rute y del resto del país a las que la crisis de la construcción lo llevó en su día a las colas del paro. Salvo en su juventud, que estuvo en el campo, siempre ha trabajado en este sector. Con el pinchazo de la llamada “burbuja inmobiliaria” y la “crisis del ladrillo”, se redujeron las obras y los contratos. En la campaña agrícola ha tenido el auxilio de volver al campo, pero el último invierno, con una mala cosecha, apenas le ha dado para dos meses. Logró percibir durante un año la “renta activa”, pero se le terminó el pasado 22 de mayo. Por eso, tras quejarse de que en programas como las obras Profea siempre se contrate “a los mismos”, ha optado por una medida drástica. Se ha instalado ante el Edificio de Empleo y ha emprendido una huelga de hambre indefinida. Piensa mantenerla hasta que le den una respuesta. Su intención es permanecer junto al inmueble. Incluso por las tardes y de noche va a quedarse en las inmediaciones, pese al calor estival de estos días.
- Con su edad y otras tres personas a su cargo, teme que se le estén cerrando las puertas del mercado laboral
Con su edad, y tres personas más a su cargo, aparte de una hija que marchó a trabajar a Ibiza, teme que se le estén cerrando las puertas del mercado laboral. Si en pueblos como Rute no pinta bien el panorama en la construcción, las perspectivas del campo no son más halagüeñas. Un año agrícola tan escaso de lluvias como el actual no invita a pronosticar una próxima cosecha buena. Así que augura que si en esta ocasión no le ha dado más que para un par de meses, la siguiente campaña podría quedarse en uno solo. Juan se pregunta en voz alta cómo con un mes de trabajo se puede vivir el resto del año.
El alcalde Antonio Ruiz ha confirmado que se ha contactado con él a través de los Servicios Sociales. Sin embargo, recuerda que el Ayuntamiento no puede contratar a todas las personas desempleadas. Las opciones pasan por los programas de otras instituciones supramunicipales como la Junta o la Diputación. Se dirigen al INEM para pedir la oferta de empleo público y se intenta dar cabida “al máximo número posible”, pero es consciente de que no se llega al cien por cien. De igual modo, por más que Rute sea uno de los municipios cordobeses con la tasa de desempleo más baja, también asume que esas cifras de paro “no son cifras, son personas”.
