El ruteño Antonio Aroca cruza a nado el Estrecho de Gibraltar

  • Ha culminado este reto en un tiempo de 4 horas y 12 minutos, con una distancia total de 16,7 kilómetros

  • Las corrientes han permitido que se pueda acometer en las fechas previstas, que abarcaban una horquilla entre el 15 y el 21 de agosto

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Antonio Aroca, algo más avanzado a la izquierda, junto a sus compañeros en plena travesía por el Estrecho

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El nadador ruteño, abajo a la izquierda, con los compañeros y los diplomas que acreditan que han logrado su objetivo

El ruteño Antonio Aroca acaba de completar una gesta al alcance de muy pocos: cruzar a nado el Estrecho de Gibraltar. Era el principal reto que se había marcado para esta temporada y para el que se ha estado preparando desde primeros de año. Culmina así una etapa de su trayectoria deportiva que había comenzado siete años atrás. Su caso tiene un punto llamativo. Aficionado desde siempre al deporte y teniendo en cuenta la tradición del Club Natación Rute, todo haría pensar que su carrera como nadador había arrancado ahí. Sin embargo, en nuestro pueblo sólo iba a la piscina para pasar el rato. Su faceta de nadador en aguas abiertas se gestó en Málaga y se consolidó en Almería, donde reside por motivos profesionales. No en vano, un pilar básico para este logro lo ha constituido el club CDNW Roquetas de Mar, al que pertenece. De hecho, ha atravesado el Estrecho junto a otros tres compañeros.

La otra entidad clave que ha colaborado con él ha sido la Asociación de Cruce a Nado del Estrecho. Han sido sus responsables los que lo han tenido al tanto de cuándo era el momento más adecuado para afrontar la empresa, dentro de las fechas previstas. Éstas oscilaban entre el 15 y el 21 de agosto, en función de las corrientes. Desde la asociación habían pronosticado que lo idóneo sería hacerlo entre el miércoles 21 y el jueves 22. Fue justo este día, a las 10:38 de la mañana, cuando “se tiraron al agua”. Cuatro horas y doce minutos después, el ruteño veía culminado su objetivo. Para ello, Aroca tuvo que dar brazadas durante en trecho de 16,76 kilómetros. La distancia en línea recta desde Isla Tarifa, punto de salida, hasta Punta Cires, ya en Marruecos, es de 14,5 kilómetros. Sin embargo, las corrientes y los vientos marcan hasta qué extremo los nadadores pueden llegar a desviarse. En especial, se considera clave la primera hora, “ya que la corriente arrastra contra tierra”. Pese a ello, el recorrido ha sido “muy limpio” y esa distancia adicional de algo más de dos kilómetros es lo mínimo que se esperaba.

El no saber hasta última hora cuándo se podría hacer ha condicionado la puesta a punto en varios aspectos. No se podía buscar un pico de forma física concreto, sino en una horquilla de dos semanas proceder a “bajar el volumen de descarga”. Antes, desde que allá por enero hiciera la transición de la temporada en piscina a aguas abiertas, había hecho una decena de travesías. Algunas han sido de distancias mayores, pero asegura que ninguna resulta tan exigente. La dureza del Estrecho radica en otro plano: el emocional. Tenía que estar mentalmente preparado, sin saber cuándo iba a ser el día exacto. Y por otro lado, señala la dureza que supone el hecho de “no ver tierra”. A ello se suma la temperatura, de apenas 16 grados. Ahora, con perspectiva, cree que fue un acierto usar los trajes de neopreno, para no exponerse a una hipotermia. En este sentido, subraya que la última corriente, a unos dos kilómetros de la costa de Marruecos, es “muy fría”. Incluso los nadadores suelen reservarse, a la espera de no llevarse sorpresas desagradables en ese tramo final.

Junto a esas lógicas reservas, la otra máxima era que en ningún momento se rompiera el grupo de cuatro. Son la parte más visible de un equipo donde Aroca resalta otros integrantes esenciales. Así, han contado con un barco guía y una zodiac de apoyo que no sólo les facilitaba avituallamientos. Además, siempre los tenían al tanto de que estaban cumpliendo en tiempo los objetivos. El nadador es consciente de que parte del éxito “depende de ellos”. Tampoco olvida en este apartado de agradecimientos a la familia, que hasta justo antes de salir le estuvieron dando aliento. Una parte importante de esa familia, como sus padres, está en Rute. Confía en venir en septiembre, en cuanto termine con otro proyecto de travesía en el que trabaja con su club. De cara al futuro, reconoce que ha cumplido una de las metas de más envergadura que un nadador puede plantearse. Hay quien le dice que ahora debería plantearse cruzar el Canal de la Mancha, pero de momento no se siente preparado para ello. Más cerca, para el año que viene el objetivo está en Tabarca-Elche, de 21 kilómetros sin neopreno, para el mes de junio, y los 25 kilómetros de la isla de Menorca, aún sin fecha.

Vídeo  realizado por Sagrario Carrión Mateo

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