La asamblea local de Cruz Roja en Rute vuelve a ofertar sus escuelas de verano

  • Son de carácter gratuito y están dirigidas sobre todo a hijos de familias en riesgo exclusión social

  • Aparte de estas escuelas, la asamblea aborda el reparto de lotes de alimentos procedentes de fondos europeos

Los menores participan en diversos talleres de pintacaras o de elaboración de sus propias camisetas
Los menores participan en diversos talleres de pintacaras o de elaboración de sus propias camisetas

Audio

Por segundo año consecutivo, la asamblea local de Cruz Roja en Rute ha puesto en marcha sus escuelas de verano. Comenzaron a primeros de julio y se van a prolongar durante este mes y el de agosto. Lo importante es que, dado su carácter gratuito, quien lo desee se puede inscribir en cualquier momento. Eso sí, hay lista de espera, ya que, por cuestiones de espacio, las plazas están limitadas a diez. Así pues, alguien se apunta y, conforme queda un hueco libre, se incorpora. José Luis Mullor, técnico de la asamblea local, ha dejado claro que, mientras haya plazas, no hay límite de fecha para inscribirse. Las escuelas están abiertas a todo el mundo, sobre todo a hijos de familias en riesgo de exclusión social, con edades comprendidas entre 6 y 16 años. El objetivo es dar “un respiro familiar” y que estos menores tengan una oferta de ocio “y adquieran conocimientos o habilidades”. Se desarrollan en la sede de Cruz Roja, en la barriada de Los Manzanos, en horario de nueve y media de la mañana a una de la tarde.

Al frente de los talleres están Virginia Puerto y Adrián Pavón, monitores de Cruz Roja Juventud. De forma voluntaria, estos jóvenes enseñan a los participantes manualidades de lo más diverso. Por ejemplo, aprenden a elaborar sus propias camisetas, un taller “que está gustando muchísimo”, en palabras de Adrián. También ejercitan la papiroflexia e incluso un taller “de bailes japoneses”. Los materiales necesarios los aporta la asamblea local. Lo único que recomiendan los monitores es que los pequeños lleven ropa de andar por casa, “que no pase nada si se moja o se mancha”. Han dividido las escuelas en dos grupos por edades, de 6 a 10 y de 11 a 16 años, para adaptar los contenidos. Junto a estos talleres diarios, hay prevista una yincana, una sesión de lenguaje de signos, a cargo de una especialista que colabora con la asociación. También se está preparando la visita a una empresa de Rute, aún por determinar, para conocer su funcionamiento y estructura.

Aparte de esta faceta más lúdica, enfocada al ocio de los pequeños, Cruz Roja prosigue su labor social. Para ello, Mullor ha recordado que una de las principales vías de financiación es el Sorteo del Oro de la Lotería Nacional. Por eso, en los días previos al 23  de julio, fecha de este sorteo extraordinario, los miembros de la asamblea ruteña han redoblado esfuerzos y se han movilizado para vender las pocas participaciones aún pendientes. El técnico ha reseñado que la respuesta del pueblo de Rute ha vuelto a ser magnífica. No en vano, el aliciente de este sorteo es que lo que se obtiene de la venta local repercute directamente en proyectos para el municipio. Por tanto, el axioma es muy simple: cuanto más se recaude, más proyectos se afrontarán y a más familias se podrá socorrer. Como recuerda, se da la paradoja de que cuando más falta hace es cuando las ayudas que llegan se han reducido.

Entre los que hay en marcha, está el reparto de alimentos del Fondo Europeo de Garantía Agraria, FEGA. A través de este programa, se ha planteado el objetivo “ambicioso” de entregar hasta fin de año lotes de alimentos a unas trescientas familias del municipio. Constan de alimentos básicos, sobre todo productos no perecederos, como leche, pasta, arroz, legumbres, tomate frito aceite y conservas de pescado. Cada lote está compuesto por unos 20 o 22 kilos de alimentos. En estos seis meses puede que haya familias que reciban más de uno. Dependerá de cuestiones como el número de miembros o su situación, ya sea laboral o de dependencia. Aunque los lotes ya se están distribuyendo, cualquier persona con necesidades puede acercarse a la sede y dejar sus datos para que se estudie su caso y se incluya en el reparto. Mullor insiste en que la crisis no entiende de vacaciones. Por eso, durante el verano la sede mantiene el mismo horario de apertura, de nueve a dos por la mañana y de cuatro a siete por la tarde.

Deja un comentario