La familia del desaparecido se siente impotente y desesperada
Desde el pasado día 6 de enero, Antonio Ordóñez Ropero, de 90 años de edad y vecino de Iznájar, se encuentra en paradero desconocido. Ese viernes, como cualquier otro día, Antonio salió a pasear. Se trata de un hombre de edad acostumbrado a las labores agrícolas y que solía salir a diario. Pese a su edad continuaba colaborando con las tareas del campo, quemando rastrojos o cortando varetas.
Ese mismo día al caer la noche su familia lo echo en falta y fue entonces cuando comenzó la búsqueda. En torno a las once de la mañana del día 6 fue visto en torno al puente de Iznájar y frente a la Gasolinera del pueblo. Un vecino incluso le ofreció refugio porque había anochecido y estaba lloviendo. Sin embargo este vecino no supo hasta el día siguiente que lo estaban buscando.
Hasta el lugar donde fue visto por última vez se trasladaron los familiares, vecinos y las autoridades competentes para intentar encontrarlo. Un equipo de rastreadores vino desde Sevilla y pese a que Antonio no fue hallado, los perros localizaron su gorra. Durante los últimos tres días también un grupo de buceadores han estado rastreando la zona del Pantano de Iznájar. Sin embargo la búsqueda no ha surtido efecto y, a día de hoy, Antonio Ordónez continúa sin aparecer.
La familia está “desesperada y se sienten impotentes”. Así lo ha manifestado su nieto, José Antonio Puerto, quien no se resigna a continuar con las rutinas diarias sin saber que le ha pasado a su abuelo. Según nos ha comunicado Puerto, la búsqueda oficial ya ha cesado. Las autoridades competentes alegan que han hecho todo cuanto podían. Sin embargo José Puerto ha organizado otra búsqueda para el próximo domingo 17 de enero. Las personas interesadas en colaborar pueden hacerlo presentándose a las diez de la mañana en la Gasolinera de Iznájar. Se va a rastrear de nuevo la zona.
José Puerto hace un llamamiento a la población para que se sumen a esta nueva búsqueda, “cuantos más seamos mejor”, menciona pues de esta forma se podrá abarcar más zona.Puerto asegura que su abuelo “no padecía de ninguna demencia”, aunque cree que “al anochecer pudo desorientarse” y no descarta que haya podido ser arrastrado por la corriente dado que las aguas del Pantano han subido mucho, desde las últimas lluvias.
