Los alevines del Rute Calidad culminan una impresionante primera vuelta, ganando todos sus partidos

Además de liderar  la clasificación, los ruteños muestran un excelente balance de goles a favor y  muy pocos en contra

Además de liderar la clasificación, los ruteños muestran un excelente balance de goles a favor y muy pocos en contra

23/12/11 10:10
RADIORUTE.COM

Desde que la actual directiva tomó las riendas del Rute Calidad y conformó un organigrama con ocho secciones inferiores, siempre ha insistido en que lo prioritario en esas categorías era la formación, no los resultados. No es, en efecto, el objetivo principal en el fútbol base, pero el equipo alevín acaba de terminar la primera vuelta con pleno de victorias: once partidos ganados de once disputados. Los ruteños llegan a la parada liguera de Navidad con los 33 puntos posibles en su casillero y unos números elocuentes: 78 goles a favor y sólo 27 encajados. Únicamente el segundo clasificado, el Atlético Baenense, ha perforado la portería contraria en más ocasiones, con 101 tantos. En cambio, su guardameta también ha tenido que recoger más la pelota de su propia red, 38 goles en contra. Los de Baena se han mostrado intratables y han ganado casi todos sus partidos. La excepción llegó en la jornada 7, justo cuando se toparon con el Rute Calidad. Ni el hecho de que el Baenense jugara en casa o se adelantara por dos veces impidió que los ruteños dieran un golpe en la mesa, al imponerse por 2-8.

Cristóbal García es el entrenador que está al frente de esta plantilla compuesta por 19 jugadores. La gran mayoría, “casi un 80%” son alevines de primer año. Sólo cinco chicos están en su segunda temporada en esta categoría. También una amplia mayoría llevan al menos dos o tres años en competición federada, pero hay otros que han participado “de forma intermitente” e incluso quienes están por primera vez parte en el Rute Calidad. En otras palabras, el grueso de la plantilla militó la campaña anterior en los benjamines. García estaba entonces al frente de esta sección. De ahí que decidiera continuar con el mismo núcleo de jugadores cuando éstos dieron el salto a alevín.

Más que esa continuidad, cree que la clave del éxito es que se ha juntado un grupo “que se complementa muy bien”, con un excelente ambiente entre ellos. A esto se une que este año han incrementado las sesiones de entrenamientos, “como poco cinco horas semanales”. No les pesa. Juan Carlos Medina, que forma dupla en la delantera con Francisco Manuel Sánchez, cree que ese esfuerzo es “fundamental para que un jugador vaya creciendo”. Su compañero Marcos Mangas recuerda cómo en cada entrenamiento el técnico les hace correr media hora, pero confirma que ellos mismos notan esa preparación. Según confiesa, en las segundas partes los contrarios “ya no pueden más”.

A pesar de este pleno de puntos, el mismo entrenador asegura que no todos los encuentros han sido tan fáciles como reflejaba el marcador final. De hecho, ha habido alguna ocasión en que han tenido que remontar un marcador adverso. En Espejo, a falta de 25 minutos, perdían por tres goles y acabaron dando la vuelta. Y en el citado encuentro en Baena se vieron a remolque en dos ocasiones. Además, a la vista de la trayectoria que llevan, los rivales ceden a Rute la iniciativa y se encierran atrás. Sin embargo, el equipo se encuentra en una dinámica ganadora, con mucha confianza. Según Cristóbal, además de tener un gran nivel de juego, la otra clave está precisamente en que es un equipo “muy disciplinado y con una mentalidad muy fuerte”.

Además, son solidarios. El defensa José Antonio Jiménez remarca que él y sus compañeros de zaga se animan a subir al ataque, conscientes de que los delanteros no dudan en echar una mano atrás si es necesario. Y como último escollo, bajo los palos está Jesús Unquiles, tan seguro que prefiere atajar el balón siempre que sea posible antes que limitarse a despejarlo. Su aclaración ilustra de la mentalidad ofensiva del equipo: quedarse con la pelota en la mano implica que él mismo puede iniciar la jugada de contraataque.

Ahora, con esa racha ganadora, resulta relativamente fácil tener esa mentalidad. Pero se les empezó a inculcar en la pretemporada, con los buenos resultados ante rivales como Encinas Reales y los méritos ante equipos de categoría superior. Es una parte del trabajo psicológico que ha de hacer Cristóbal García. En esa misma línea está el conseguir que ningún chico se sienta desplazado. En esta liga de fútbol 7 sólo pueden ir doce jugadores por convocatoria, de modo que siete se quedan cada partido “en la grada”. El entrenador debe buscar la forma, con entrenamientos y partidillos especiales, en que todos se sientan partícipes. No está solo en ese esfuerzo de motivación. Los propios chavales preparan su pequeño ritual antes de cada partido para dar lo mejor de sí. Juntan las manos en el centro y adaptan ese grito que seguramente han visto en televisión: ¡Rute! Por ahora, les funciona.

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