La caída del muro de contención que sostenía el puente de Zambra deja incomunicados a varios vecinos de esta aldea de Rute

El alcaldede Rute visita la zona afectada

El alcaldede Rute visita la zona afectada

A medida que  pasan los meses se pueden comprobar las verdaderas dimensiones y los daños ocasionados por las tormentas del pasado mes de septiembre. En ese mes, el día 21, las lluvias torrenciales provocaron el derrumbe de un muro de contención que sostenía el puente de Zambra y la calle que atraviesa la unidad de actuación número 36, junto a la zona conocida como “Los Cipreses”. Desde entonces el agua ha ido mermando y socavando las inmediaciones hasta provocar el desquebrajo de la calle, quedando parte de ésta prácticamente en el aire y sin cimientos que la sostengan. La zona ha sido acordonada por los servicios de Seguridad del Ayuntamiento de Rute y se ha prohibido el tráfico rodado e incluso el peatonal por el peligro que todo ello supone.

Según  el alcalde Francisco Javier Altamirano, esto era “algo esperable”, aunque ha sido en los últimos días cuando la zona ha sufrido mayores erosiones. Altamirano ya ha informado a los miembros de la Confederación Hidrográfica de la situación y espera que se adopten medidas “con carácter de  urgencia”, pues el estado en el que ha quedado el puente y la calle impide a algunos vecinos de la aldea acceder a sus domicilios, y, lo que peor, supone “un gran peligro  transitar por allí”.

El pedáneo de Zambra, Manuel Castro, asegura que el puente está “a punto de caerse” y de momento “algunas viviendas han quedado incomunicadas”. Castro ha advertido que no es la única zona afectada, ya que otras casas limítrofes al río también corren el riesgo de desprenderse.

El concejal de Servicios y Obras, Manuel Tenllado, ha informado de que los responsables de Confederación ya se han comprometido  para evaluar los daños y actuar lo antes posible. Tenllado asegura que la actuación que hay que llevar a cabo es “de gran envergadura”, pues supone trabajar sobre una calle que se encuentra a unos cincuenta metros de profundidad y de cuarenta o cincuenta metros de anchura.

Las obras de restauración implicarán meses de trabajo, aunque según el concejal se estudian “vías de acceso provisionales y alternativas” para evitar la incomunicación de los vecinos afectados.

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