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Formado en el ciclismo de descenso en montaña, hace un año dio el salto a esta modalidad
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Tras ver un documental en televisión, se aficionó y se ha formado de manera autodidacta
El pasado domingo, 25 de octubre, se disputaba el I Campeonato de Andalucía Triatlón Cross Lago de Andalucía Iznájar-Rute. La prueba estaba organizada por el Club Deportivo Córdoba Sports-Land, y se dividía en dos modalidades, la distancia corta y la distancia sprint, puntuable para el Campeonato de Andalucía de cadetes. Entre los participantes de esta categoría, un joven ruteño, Alejandro De Haro, se ha alzado con el cuarto puesto. Según ha explicado, al tratarse de una prueba tipo cross, campo a través, las distancias no se podían equiparar del todo a la modalidad sprint, que comprende 750 metros de natación, 20 kilómetros en bicicleta y 5 de carrera a pie. Aunque se intentaba homologar, en carriles y caminos era más difícil de precisar. Por lo general, al implicar mayor dureza, tienden a ser “algo más cortas, pero depende de cada triatlón”.
- Ha encontrado un método de entrenamiento que le va bien y que puede compatibilizar con los estudios
- Asegura que se le dio muy bien la prueba en bicicleta, pese a que encerraba una gran dificultad técnica
Habla con la experiencia que le dan las citas de este tipo en las que ya ha estado. Con tan sólo 16 años de edad, De Haro se inició en el mundo del triatlón hace algo más de un año. Lo hizo después de ver algún reportaje en televisión sobre un “iron man”, el triatlón más exigente. Hasta entonces había practicado el ciclismo de montaña. También hacía natación en verano, pero aún no se había estrenado en la carrera a pie. A raíz de ese reportaje en televisión, le entró el gusanillo y comenzó a prepararse de manera autodidacta, sin nadie que lo asesorara, sólo buscando información y vídeos en internet. Lo que hizo fue seguir de manera muy disciplinada una serie de tablas a través de internet hasta ponerse a punto. Por difícil que parezca, asegura que ha encontrado un método que le va bien y sigue con él. Hasta ha logrado compatibilizar sin grandes problemas los estudios con las ocho horas de media que dedica cada semana a entrenar.
Como ha explicado, el entrenamiento en entornos naturales no tiene nada que ver con el que se hace en asfalto. Donde tenía más dominio era en la bicicleta, ya que venía de la exigente modalidad del descenso. Le ha resultado muy útil en Iznájar, en las inmediaciones del pantano, puesto que la prueba ciclista era “muy, muy técnica, durísima y con muchísimo desnivel”. De igual modo, confiesa que para nadar hay que depurar mucho la técnica. Le sirvió de ayuda lo aprendido en la piscina durante los veranos para la prueba que discurrió por la playa de Valdearenas. Sin embargo, la carrera a pie era la que le resultaba más desconocida. Por eso, le ha resultado “terrible” coger la forma en esa disciplina. Incluso aventura que tendrá que mejorar para la temporada que viene. La actual toca a su fin y en los próximos meses tendrá que mantenerse en forma a título particular. Lo que sí tiene claro es que quiere seguir dedicándose al triatlón “y en cualquier modalidad que combine estos tres deportes”.
