La iniciativa, promovida por el Ayuntamiento, el Club Ciclista Ruteño y la Peña Los Rahamantah, se vio condicionada por la lluvia en la ruta cicloturista previa
El Paseo del Fresno se convirtió en la mañana del 20 de octubre en un improvisado velódromo para acoger una nueva edición del día de la bicicleta. Desde hace cuatro años se viene celebrando en estas fechas, organizado por la concejalía de Deportes, en colaboración el Club Ciclista Ruteño y la Peña Los Rahamantah. Como suele ocurrir desde el cambio de formato, antes de la ruta por el casco urbano de Rute hubo una marcha cicloturista. En principio, estaba previsto que discurriera hasta Las Piedras. Sin embargo, aún coleaba el aguacero caído durante la madrugada anterior y el recorrido inicial de vio condicionado. Según explicó Daniel Pérez, presidente del Club Ciclista Ruteño, la lluvia redujo la participación a 25 ciclistas y no se pudo pasar por la Fuente de la Higuera por estar embarrada. Los participantes se volvieron justo en la aldea.
- La idea es que todo el mundo se conciencie con un hábito sano y una forma de transporte sostenible
El presidente del Club Ciclista venía completar los exigentes 100 kilómetros de la prueba conocida como “La Desértica”, en tierras almerienses. Pese al contratiempo de la ruta programada, Pérez destacó que el verdadero objetivo de la jornada es que los pequeños se aficionen a la bicicleta. En este sentido, recordó las “marchas verdes” que el club fomentaba hace ya veinte años para la juventud ruteña. En esos términos se expresaron Carmen María García, de Los Rahamantah, y Mónica Caracuel, concejala de Deportes. Partiendo de los menores la idea es que todo el mundo “se conciencie” con un hábito sano y una forma de transporte “sostenible”. Por su parte, García señaló que se había difundido la celebración de forma especial a través de los colegios.
Su compañero de peña, el presidente Leonardo Piedra, insistió en ese aspecto de fomento del deporte. Además, aclaró que, en vista de que el tiempo fue mejorando a lo largo de la mañana, el programa del casco urbano no había se había modificado. Tras el desayuno ofrecido en el Paseo del Fresno, comenzó una yincana infantil que dio paso a la vuelta en bicicleta. El grupo bajó por la calle Fresno y el Cerro hasta San Pedro, bordeando por las calles Cabra, Herrero, Lucena, Andalucía y Juan Carlos I hacia la calle Granada y la Vera Cruz, para subir por las calles Barroso y Priego de nuevo en dirección al Fresno. Fue, en suma, una jornada festiva y abierta a todo el mundo, donde los únicos requisitos eran tener ganas de pedalear y usar el pertinente casco.