Antonio José Osuna recorre el llamado “Himalaya del barranquismo”

  • Con más de trescientos barrancos y 73 catalogados, Isla Reunión es un paraíso para la práctica de este deporte que cuenta en Rute con un destacado especialista

El ruteño junto con algunos de los compañeros con los que ha participado en este proyecto

 Imágenes de los barrancos explorados   Antonio J. Osuna habla de su experiencia en Isla Reunión

El ruteño Antonio José Osuna ha pasado casi un mes en Isla Reunión. Perteneciente al archipiélago de las Mascareñas, al este de Madagascar, en el océano Índico, se la conoce como “el Himalaya del barranquismo”. En efecto, por su orografía, constituye un paraíso para los amantes de esta disciplina. Cree que todavía es el más desconocido entre los deportes de montaña. Comparte aspectos y técnicas de la escalada, la espeleología o el alpinismo. Básicamente, consiste en descender montañas por el cauce de los ríos, siguiendo, por ejemplo, cascadas.

  • Por sus características volcánicas y su clima tropical, Isla Reunión suma los ingredientes idóneos para la práctica de este deporte

Hasta cierto punto, todavía es “nuevo” y aún se nutre del material de esas modalidades “hermanas”. No obstante, cada vez hay más género específico porque se está asistiendo a “un boom” del barranquismo. En su caso, la afición le viene a raíz de esos otros deportes de montaña. Cuando lo probó, decidió sacarse el título de guía, convirtiendo una afición en pasión y casi una forma de vida. Ello le llevó a explorar parajes de nuestra comunidad autónoma y de otros puntos del país, considerado idóneo para la práctica sobre todo en la zona de los Pirineos.

Después vendría un proyecto de la Federación Andaluza de Montañismo para explorar barrancos por el mundo. En 2019 algunos integrantes estuvieron en Bolivia. Más tarde, la pandemia lo interrumpió, pero ahora se ha retomado, con siete personas entre las que se incorporaba Osuna. Por sus características volcánicas y su clima tropical, Isla Reunión suma los ingredientes idóneos. Cuenta con más de trescientos barrancos, de los que 73 están ya catalogados. La meteorología, que marca el día a día en una actividad como ésta, ha permitido recorrer los ocho más destacados.

A su vez, la experiencia servirá para explorar en el futuro barrancos donde aún nadie ha estado. Es justo ése el estímulo que supone afrontar nuevas rutas tras haber asistido al sueño de cualquier aficionado. De hecho, junto al aprendizaje técnico, de este mes se queda con los paisajes tan singulares y al alcance de muy pocos que él ha podido disfrutar de cerca. Los siguientes sitios donde barajan “abrir camino” podrían llevarles el año que viene a Sudamérica.

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