Rute copa los seis primeros puestos de la clasificación en la II Quedada Ciclista “El Canuto”

Los corredores  agrupados al paso por la zona de Los Cipreses, junto a la aldea de Zambra

Los corredores agrupados al paso por la zona de Los Cipreses, junto a la aldea de Zambra

La segunda quedada ciclista “El Canuto”, disputada durante toda la mañana del domingo, 16 de octubre, registró un doble éxito de participación. Por un lado, la prueba, organizada por el Club Ciclista Ruteño, contó con sesenta corredores inscritos. De ellos, la mitad aproximadamente eran de Rute, y fueron ellos además los que coparon los primeros puestos. Los de fuera venían de puntos más o menos cercanos, pero a la vez tan dispares como Moriles, Aguilar, Cuevas Bajas (Málaga) o Alcalá la Real (Jaén). Unos y otros pudieron disfrutar de un recorrido distinto al del año pasado. En otras carreras similares, se establece un mismo trazado para todas las ediciones. Sin embargo, desde el club ruteño se tenía claro que esa opción suponía desaprovechar las numerosas variantes que ofrece nuestro amplio término municipal.

Según el presidente José Miguel López, hasta los corredores de fuera “lo agradecen”, porque ellos mismos quieren “conocer rutas nuevas que puedan hacer luego”. En total, constaba de unos 50 kilómetros con un tramo libre. Cuando se planteó esa otra disyuntiva de que no toda la carrera fuera agrupada, se apostó por seguir fomentando “el pique sano”. En su caso, en esta ocasión se ha visto privado de esa posibilidad: cada año hay algunos miembros del club a los que le toca “sacrificarse” y estar en las tareas organizativas. Esta vez él ha sido uno de los que ha estado en ese cometido.

La ruta partía del pabellón Gregorio Piedra, casi de forma testimonial, ya que la mayor parte del kilometraje discurría campo a través. Dejando atrás el casco urbano, se siguió la dirección de la carretera de Las Piedras, para desviarse por el cortijo de Vichira hasta llegar a la cooperativa de esta aldea. De ahí se prosiguió hasta la Dehesa de Priego. En la zona del GR-7 estaba la parte más técnica, hasta el cruce de Montenegro. Ya a media mañana se continuó por el Nacimiento de Zambra hasta los Cipreses, y a partir del río de El Vado se inició el tramo libre hacia Palomares por el cortijo de Los Chopos. En la parte final, se dio una vuelta por las calles de Rute antes de volver a las inmediaciones del pabellón. Para la entrega de trofeos la comitiva se trasladó al Paseo del Fresno, donde se terminó la jornada degustando una paella.

Fue justo en el tramo de competición donde más se notó el calor impropio de esta época del año. Para Manuel Sánchez, concejal de Deportes y uno de los ruteños que completó el recorrido, el calor y la ausencia de lluvia reciente también habían afectado al terreno, “muy seco”. Al margen de una cuestión puntual como ésa, tanto él como el presidente señalaron que no se habían producido incidencias notables que destacar. Que ocasionalmente se produzca algún pinchazo o una caída leve no deja de  ser algo “inevitable” en una prueba con tramos de montaña. La normalidad, por tanto, presidió una carrera en la que los tiempos se fueron cumpliendo conforme al horario previsto. Sánchez tampoco quiso pasar por alto la buena organización del club, al haber señalizado “a la perfección” los tramos que entrañaban más dificultad.

La presencia local no fue importante sólo por la cantidad. Además, los seis primeros clasificados en el tramo libre fueron ruteños. Entre ellos, al igual que en la primera edición, el ganador fue José Antonio Puerto. En su opinión, esa clasificación confirma el buen nivel de los corredores locales y cómo habían preparado a conciencia la prueba, aprovechando además que conocen el terreno. Aunque este año no se ha subido el Puerto del Cerezo, cree que esta segunda ruta ha deparado también “parajes espectaculares”.

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