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La artista conquista de nuevo en clave de humor al público ruteño con un monólogo ameno, dinámico y divertido
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La obra es una continuación de su anterior puesta en escena, “Las mujeres que hay en mí”

Los zapatos, sí los zapatos. Algo tan aparentemente trivial como el hecho de calzarse, ha sido la fuente de inspiración de Paz de Alarcón para conformar su último trabajo. Es el monólogo titulado “Paz y sus zapatos”. En él habla de su relación con los zapatos y de cómo éstos pueden marcar una vida. Ella, ha sido la gran protagonista de una obra de la que también ha sido guionista, directora y productora. Una vez más Paz Alarcón ha dado buena muestra de sus dotes artísticas y cabareteras. En esta ocasión, en Rute actuó en el recién premiado patio del Museo de la Anís. Hubo que hacer dos pases diferentes, dado el interés que despertó su actuación. Durante una hora y cuarto, que no es poco tiempo, fue capaz de captar la atención de un público entregado, que ya empieza a serle fiel y que para nada salió defraudado.
- Su obra es una alegoría a cómo el zapato que calzamos influye en nuestra forma de ser
- Paz Alarcón es una artista versátil, cabaretera y de un amplio recorrido profesional
Según Paz de Alarcón, este monólogo es como una segunda parte del anterior, “Las mujeres que hay en mí”. En aquella ocasión se ponía de manifiesto los diferentes roles que una misma mujer ha de interpretar a lo largo del día. Entonces miraba a las mujeres desde dentro. Ahora, con “Paz y sus zapatos” las mira desde fuera. Cuenta cómo un zapato puede marcar el ritmo de su día a día. Así, dependiendo del que calza, Paz afirma que se siente alegre, triste, con ganas de bailar o de llorar. Qué duda cabe que no es lo mismo llevar unos tacones, unas zapatillas, unas botas de cowboy o unos botines. En escena destaca la alegoría que la artista hace de las zapatillas de estar en casa y las batas de guatiné, “esas prendas tan confortables y calentitas para las mujeres y tan odiadas por los hombres”, bromea. También confiesa que, estudiando y documentándose sobre los zapatos, ha constatado que los de tacón de aguja son “un auténtico símbolo fálico y poseen un gran poder erótico”. Sin embargo, comenta sonriente que quién no ha perdido un zapato de tacón, por habérselo quitado, dejándolo debajo de la mesa de comensales de una boda o en alguna fiesta.
Y es que Paz de Alarcón es una enamorada de sus zapatos, con cada par intenta ser una mujer nueva y distinta. Además, afirma que las mujeres llevan en su ADN grabado cómo un simple zapato, como en el cuento de la Cenicienta, permite escapar de una existencia banal y encontrar “al príncipe ideal”. Sin duda, Paz Alarcón es una actriz versátil, con un amplio y reconocido recorrido. Pasó por Canal Sur, presentando los concursos “Matrícula” y “Cifras y letras”. Ha hecho cine y teatro, forma parte de la banda de rock “Ungravity” y es una amante del jazz y el flamenco.