¡Viva andalucía libre!

Se avecinan elecciones autonómicas anticipadas en este mes de junio de 2022 y el andaluz y andaluza debe de votar en conciencia, usando el voto útil para conseguir una Andalucía libre, próspera y a la cabeza de España. Y para votar en conciencia es necesario conocer nuestra tierra, entender su historia. Es difícil valorar los avances sociales sin compararlos con situaciones anteriores. Andalucía ha sido crisol de civilizaciones desde hace milenios. Cádiz tiene más de tres mil años de antigüedad y ha sido morada de fenicios, griegos, romanos, andalusíes… allí mismo nació la primera Constitución Española de 1912, conocida como “la Pepa” al proclamarse el día de San José. La situación estratégica de Andalucía, a la entrada del Mediterráneo y lindando con África, ha hecho que todas las civilizaciones hayan establecido raíces profundas de las que emana nuestra idiosincrasia , nuestras tradiciones, nuestro folklore, nuestra gastronomía… somos una amalgama de culturas que nos hace ser enormemente ricos por todo lo que ello nos ha aportado, y eso nos hace únicos. El padre de la patria andaluza, el insigne Blas Infante supo reconocer la singularidad de nuestra tierra, su entidad cultural única y bien diferenciada del resto, y fue el cimiento consolidado sobre el que asentamos nuestra Autonomía, pues quedaron registrados numeroso documentos y procesos asamblearios que no hicieron más que recoger por escrito lo que en sentimientos albergaba nuestro corazón andaluz: la defensa del movimiento obrero, la petición de tierras de cultivo en manos de los campesinos, el reconocimiento de los derechos de la mujer en una sociedad justa e igualitaria fueron también sinergias positivas con los movimientos feministas y obreros. Y es que Blas Infante reconoce en las clases populares y en las mujeres la verdadera fuerza de la que son portadoras. Si los andaluces y andaluzas no somos conscientes de la fuerza que tenemos, de hasta dónde podemos llegar uniéndonos en pro del bien común, en favor de la igualdad, en defensa de los derechos sociales, todas las batallas van a estar de antemano perdidas. Si no tenemos un referente de que sí es posible, el movimiento se convierte en parada y la desidia en subyugación. Y no queremos una Andalucía esclava, queremos como bien dice nuestro himno, una Andalucía libre. Dejar hacer a otros lo que nos corresponde a nosotros como actores principales de nuestro futuro tampoco es la solución. Que vengan de otros lugares de España a empadronarse in extremis para hacerse con el poder andaluz a base de fascismos no se puede consentir. El camino es duro pero hay que lucharlo y el feminismo debe ser el revulsivo de una sociedad que parece estancarse en el conformismo. La violencia machista no puede ser banalizada ni pretender que la mujer sea culpable de la misma. Eso es una abominación. La mujer es el pilar de la familia, es la rama sobre la que se sujeta la sociedad. Trabajadora infatigable aunque su trabajo no haya sido ni reconocido ni remunerado. Si no reconocemos el valor y la necesaria implicación de la mujer en el mantenimiento de la familia y la sociedad no podremos valorar con justicia su capacidad de trabajo y entrega . Hay que luchar para que los salarios se equiparen, para que laborales recojan con claridad la conciliación de la vida familiar y para garantizar que su presencia en las instituciones no suponga una obligación sino que sea una necesidad real. Son muchos más los objetivos que quedan pendientes de conseguir. Piensa en conciencia con qué gobierno podremos alcanzarlos con dignidad y honradez.

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