Varias cofradías de Rute aprovechan el tirón del Fresno para promover diferentes iniciativas de convivencia

  • La de Jesús Resucitado celebra con gran éxito su cuarta edición de la Fiesta de las Migas

  • Las dependencias del “Bar del Fresno” acogen el Belén Franciscano de la Misericordia

El Belén Franciscano de la Misericordia destaca por estar articulado y por los efectos de anochecer y amanecer
El Belén Franciscano de la Misericordia destaca por estar articulado y por los efectos de anochecer y amanecer

La afluencia de visitantes en el Paseo del Fresno durante la campaña de Navidad es también aprovechada por colectivos ruteños de todo tipo. Desde asociaciones que venden lotería a otras que promueven diferentes actividades, el bullicio propio de estas fechas, sobre todo en los fines de semana, invita a promover iniciativas en las que gente de Rute y de fuera colaboren. Como novedad de este año, la cofradía del Cristo de la Misericordia ha instalado en el conocido como “Bar del Fresno” su Belén Franciscano. Se inauguró el pasado viernes 13 de noviembre, tras una propuesta de José María Repullo, miembro de la actual junta de Gobierno y belenista. Para su elaboración ha aportado las piezas que él mismo posee. Comenzaron a trabajar hace aproximadamente un mes. El Belén cuenta con más de doscientas figuras, y en él se representa todos los misterios, el de la Anunciación, la presentación del niño en el templo o el niño perdido. Entre los atractivos del belén, está el movimiento de algunas piezas y sus efectos de luz de anochecer y amanecer. Para verlo no se cobra entrada. Según ha informado otro miembro de la cofradía, Antonio Martínez, cada visitante aporta un donativo si lo desea. Pese a que es algo voluntario, asegura que la colaboración del pueblo “está siendo bastante buena”. Su compañera en la junta de Gobierno María del Mar Lanzas ha adelantado que lo que se recaude será para determinados proyectos de la cofradía. No obstante, no se descarta dedicar una parte a una causa benéfica si la recaudación fuera considerable. También ha destacado el hecho de que haya otro atractivo que ver en el Barrio Alto.

Numeroso público se agolpó en la barra de la Caseta Municipal para degustar las migas de la cofradía de Jesús Resucitado
Numeroso público se agolpó en la barra de la Caseta Municipal para degustar las migas de la cofradía de Jesús Resucitado

Si este belén es una novedad de este año, la Fiesta de las Migas que organiza la cofradía de Jesús Resucitado alcanzaba en la mañana del sábado 14 su cuarta edición. Desde las nueve los miembros de la cofradía estuvieron preparando más de ochenta panes para que estuvieran a punto a mediodía. Tal cantidad dio para más de doscientas raciones de este plato tan típico. Según explicaba el presidente Antonio Roldán, el primer año apenas se acercaba gente de los autobuses. Pero después, con el olor de su preparación, se han acabado mezclando público de Rute con los muchos turistas que frecuentan el paseo. Desde la primera edición, el objetivo de esta fiesta ha sido recaudar fondos para la cofradía. En concreto, el objetivo más inmediato es completar el Misterio de la Resurrección en la procesión que sale en Semana Santa. En palabras de Roldán, es un proyecto “muy ambicioso y costoso”, pero que poco a poco está más cerca de ser una realidad. Así, en 2016 saldrán todas las imágenes que lo componen “y en los próximos años se terminará de completar”.

Los responsables de las cofradías han agradecido el respaldo del Ayuntamiento. En este sentido, el alcalde Antonio Ruiz recordó que los recién aprobados presupuestos municipales contemplan una partida específica para las hermandades ruteñas. Al coincidir en un mismo fin de semana, Ruiz visitó estas dos iniciativas. Según el alcalde, Rute suma una serie de actividades que complementa la oferta museísticas del municipio y lo convierten en “un referente en toda Córdoba y toda Andalucía”. Asegura que Rute “está de moda, y eso es bueno para toda la comarca”. Por todo ello, cree que hay que sentirse “orgullosos de ser el centro de Andalucía”. Lejos de caer en la autocomplacencia, cree que ese orgullo ha de servir de “acicate” para que la estacionalidad de la que aún peca el turismo local se reduzca y las visitas abarquen cada vez un período más amplio de tiempo.

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