¿Una carta arqueológica para Rute?

Estimado lector, en esta ocasión pretendo dar a conocer una herramienta muy extendida en el ámbito de la gestión patrimonial, se trata de la carta arqueológica. El documento, consistente en un denso estudio sobre un término municipal, permite tanto a la administración, como a la comunidad científica, geolocalizar cada uno de los yacimientos existentes. Consiguiendo así, mayor cobertura de servicios para estos elementos patrimoniales y un incentivo para atraer nuevos proyectos de investigación. Por encima de todo esto ofrece la posibilidad de defensa preventiva, para un yacimiento que se pudiera ver en peligro. Ya que, si no conocemos previamente la dispersión arqueológica de un territorio, podemos perder mucho potencial patrimonial al plantear un Plan General de Ordenación Urbana desde el desconocimiento; en este plan, entre otras cosas importantes para nuestro tema, se argumentan las zonas de reserva arqueológica en parcelas construibles, lo cual es muy útil ya que podríamos preservar parte del legado histórico de nuestra villa.

La elaboración de estas cartas arqueológicas siempre ha venido motivada por el interés local hacia el patrimonio arqueológico, no obstante, llevamos unos años en los que la Diputación está fomentando la elaboración de estas en municipios donde no solo existe una política turística/patrimonial, ya que, es una mejora municipal tanto a nivel interno, pues refuerza su cultura y cohesión, como a nivel externo, reforzando su imagen al exterior. Si viniéramos a proponer la creación de una carta arqueológica para Rute tendríamos que reavivar el debate de la inexistente política patrimonial municipal, así mismo, reclamar más fondos para comenzar a actuar. Pero no, particularmente estimo que la primera acción arqueológica/patrimonial seria, que se debe realizar en Rute es la concienciación y difusión. Ya no solo para mayor orgullo de nuestro pueblo, sino para corregir el libre albedrio que impera en nuestros sitios arqueológicos; con esto me refiero a la extendida costumbre de utilizar detectores de metales y demás para buscar registro arqueológico (si, las monedas son registro arqueológico) por el “campo”, circunstancia que agrava mucho el estudio y desarrollo patrimonial.

Es por ello por lo que vengo a proponer un mayor desarrollo patrimonial en cada uno de nosotros para conseguir una mejor gnosis de nuestra historia, así como, una mayor concienciación. Piénselo detenidamente, la creación de una carta arqueológica sin una política patrimonial que la respalde podría crear el ambiente propicio donde detectoristas y expoliadores hagan fortuna propia con el patrimonio común. Actualmente el desconcierto histórico/arqueológico de nuestro territorio se ha venido asimilando como una espada de dos filos, ya que, gracias a que no sabemos si existe algo evitamos expolios, pero seguimos desaprovechando nuestro patrimonio. Evidentemente tenemos que hacer algo, pues podría suponer un gran incentivo para el futuro de nuestro pueblo.

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