Un río de luto y algarabía recorrió las calles de Rute con el entierro de la sardina

La gente volvió a ser cumplidora y acompañó masivamente al cortejo fúnebre

La gente volvió a ser cumplidora y acompañó masivamente al cortejo fúnebre

Casi solapándose con la Semana Santa, el carnaval en Rute tiene una fecha señalada en el miércoles de ceniza. El entierro de la sardina congregó de nuevo a centenares de seguidores. Las calles céntricas del pueblo se convirtieron en un río donde se mezcló el luto y una presencia cada vez mayor de coloridos disfraces. Todos quisieron asistir a este funeral organizado a mayor gloria del hedonismo. Que nadie diga que la gente de Rute “no es bien cumplida”. Bares y locales como el Reylo, el Círculo de Rute, Los Claveles o El Jardín sirvieron de estaciones de penitencia. Las barras son altares donde purgar los pecados, y el alcohol lo desinfecta todo, hasta las pasiones más desenfrenadas. Contra la crisis, carnaval. Ningún líder mundial asumiría esta máxima, pero durante unas horas la muchedumbre la convirtió en una filosofía de vida.

La charanga “Los Piononos” se encargó de animar y encauzar el cortejo. ¿Qué sería de este entierro sin ellos” Saben alternar la pausa y el ritmo necesarios para que la fiesta no decaiga. Tocaron su repertorio clásico, como el “Carnaval, te quiero”, “El venao” y, cómo no, “Alcohol, alcohol, hemos venido a emborracharnos y el resultado nos da igual”, sin duda, de las más aclamadas. Y junto a estos clásicos se incorporan piezas en principio impensables en estas lides, como “A quién le importa”. Sí, Alaska como musa carnavalera, la nueva hija adoptiva de don Carnal.

Con esta animación, que, a pesar del nombre, tenía más de marcha que de fúnebre, la comitiva llegó hasta las inmediaciones del pub Poliedro. Allí se puso punto y seguido a la algarabía, con la “quemada” del pobre pez. De esta forma transcurrió la edición número quince del entierro de la sardina. Ése es el cálculo de los organizadores. La fiesta desde luego es ya toda una tradición que en alguna edición ha llegado a juntar a más de mil personas, no sólo de Rute, sino de diferentes puntos de Córdoba y fuera.

Desde hace algún tiempo se celebra además el entierro de la sardinita en los colegios. Este año por primera vez los tres centros de Rute lo han hecho de forma conjunta. La iniciativa tiene tal arraigo que han sido muchos los que han pedido que el jueves posterior se declare festivo. Sin embargo, uno de sus responsables, Pedro Navajas, ha aclarado que nunca ha sido “una petición formal”.

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