Balmisa permaneció postrada ante el altar durante casi todo el ritual de consagración
Coincidiendo con la onomástica de San Francisco de Asís, la parroquia ruteña del mismo nombre acogió el 4 de octubre el ritual de consagración de Teresa Balmisa como virgen seglar. Durante las semanas previas, se habían llevado a cabo una serie de charlas preparatorias en las diferentes iglesias de Rute, que culminaron con la homilía oficiada por el obispo Juan José Asenjo. En ella se dieron cita diversas autoridades eclesiásticas, incluidos los sacerdotes David Ruiz, Pablo Calvo, Juan Bautista Correa y Fernando Cruz Conde, los últimos que han ejercido su ministerio en la localidad. Tampoco quisieron perderse el acto las otras cuatro colegas de Balmisa que actualmente hay en la provincia de Córdoba.
En su alocución, Asenjo destacó la figura de San Francisco de Asís, que renunció a su herencia y decidió entregarse a Jesús y a los demás. Similar comparación estableció el obispo con la joven ruteña, que desde este momento queda bajo su auspicio. Balmisa permaneció postrada durante varios minutos ante el altar, mientras que los sacerdotes cantaban las letanías correspondientes. El ritual concluyó con la imposición del velo y la aceptación de la actual sacristana de San Francisco, “por voluntad propia”, de su compromiso de castidad para los restos.
De esta forma, Balmisa entra a formar parte de esta vocación que, según explicó Asenjo, se extinguió casi por completo hacia el siglo V y se retomó a raíz del Concilio Vaticano II. Lo ha hecho, tal y como manifestó a Radio Rute, porque cree que así se va a poder “volcar más en el servicio cristiano a los demás”.
