¿Qué sentido tiene extraer una pieza de su contexto?

Estimado lector, para esta ocasión tengo que transmitir una inquietud que personalmente, y profesionalmente, me afecta mucho; hoy vamos a hablar de expolios, concretamente de los que se están desarrollando en nuestro pueblo. A lo largo de mi trayectoria como investigador no he logrado comprender que consiguen las personas al robar la historia de una comunidad. ¿Qué sentido tiene extraer una pieza de su contexto y colocarla en una repisa para que coja polvo? Para nuestra desgracia en Rute se han desarrollado auténticas razias, donde los expoliadores han arrasado con nuestro patrimonio. Pensaba que todo esto había quedado en el pasado, pero tras los últimos acontecimientos me pongo en lo peor.
Como es de todos bien sabido, y para nuestra desgracia, el nivel del Embalse de Iznájar se encuentra muy bajo, lo que ha permitido que resurjan ruinas y restos de lo que venía siendo ese territorio antes de su construcción. Para muchos de nosotros esta situación nos genera nostalgia y nos anima a visitar el sitio, para intentar comprender lo que un día fue. No obstante, muchos otros aprovechan esta “oportunidad” para arramblar. Algunos de ellos con malicia y afanes económicos, mientras que otros se dedican a recoger piezas para “guardarlas” en sus domicilios. No pretendo defender ningún supuesto pues ambos tienen el mismo delito, ya que el patrimonio histórico-arqueológico, según se recoge en la constitución vigente, pertenece a la totalidad del pueblo español. Pero quiero hacer un inciso sobre las gentes que intentan sacar un provecha económico de esta actividad. Para su conocimiento, aunque no creo que lean esta columna, los recursos que disponen hoy día las fuerzas y cuerpos de seguridad son mucho más avanzados y en definitiva antes o después caerán. En realidad, sobre este tipo de personas creo que poco se puede hacer, salvo seguir intentando culturizarlos. Sin embargo, los amantes del patrimonio si debemos tener presente, que tenemos una deuda con esa gente que “extrae” ese material con afán de resguardarlo; es precisamente ahí donde debemos actuar y no con malas formas, si no educando y mostrando que con políticas correctas de protección y difusión del patrimonio no es necesario su buen gesto. Tengan en cuenta que cuando una pieza, sea cual sea, se extrae de su contexto deja de aportar mucha información.
Ciertamente en Rute se han hecho muchas cosas mal, siendo la primera la inexistencia de un plan de protección patrimonial. Sin embargo, no creo que sean las personas que tienen la voluntad de proteger de manera altruista, aunque de una forma equivocada, las que tengan que salir peor paradas en esta reflexión. Como bien hemos podido expresar es cuestión de seguir en la tarea de concienciar, difundir e investigar para logar una protección óptima. Por mucho de que se ofrezcan diversos medios públicos que permitan una mejor conservación, tendremos que ser nosotros, los ruteños, los que en última instancia acudamos en pos de conservar lo nuestro. Es por todo esto que animo a prestar atención, si cualquiera de nosotros ve una conducta reprobable denunciémoslo, solamente así podremos preservar un legado para las generaciones venideras.

Deja un comentario